«The ward» (Atrapada): Carpenter aburre en su regreso
Antes de irme de vacaciones, ví «The ward» de John Carpenter pero no tuve tiempo de escribir sobre ella. Y hoy, que regresé, releyendo a mis colegas, pensaba que podía decir que sumara a todos los datos que de ella se manejan (a saber, el director no filmaba desde la mediocre «Ghost of Mars» en 2001, su pasatiempo estos años fue cobrar regalías por films viejos y hacer algunas cosas para televisión), lo cual parecía difícil… Lo cierto es que no creo que éste sea un trabajo bueno, ni siquiera aceptable de uno de los maestros del género. Es de esos títulos que si pasan directamente a DVD, nadie lamenta demasiado… Es más, si no fuera porque es Carpenter, seguramente no justificaría un estreno comercial.
Aún no sabemos porqué este enorme cineasta eligió como guionistas a dos muchachos que tenían pocos antecedentes (los sobrevalorados hermanos Rasmussen, que vienen de la escribir la fallida «Long distance») para su regreso a la pantalla grande pero fue un error. El guión de «Atrapada» es una historia trillada, casi un «patchwork» de varias ideas vistas que nunca logran entidad propia y que aburren, más que asustar. Lo que sí hay que reconocerle al director de «Halloween» es que si bien el hombre parece haber retornado con un producto hecho casi «a reglamento», algo sabe del tema y logra con pequeños toques sutiles ambientar la trama (son años!) y establece un piso para su producto que está por debajo de lo esperado para un hombre de sus laureles pero que quizás concite el interés de sus fans.
Clarificando el concepto, «The ward» se salva del aplazo porque la filma Carpenter. Su gran visión para generar atmósferas sugerentes apelando a su nutrido arsenal de recursos hace que el film no caiga en el abismo aunque transite peligrosamente por él.
Ya sabemos que cuando te llevan a un manicomio, la cosa pinta mal. En el hospital psiquiátrico North Bend reciben con calidez (!) a una nueva interna. Su nombre es Kristen (Amber Heard) y llega allí cuando la policía la encuentra enfrente de una casa en llamas. Obviamente, ella la incendió. No sabemos mucho qué sucedió, pero no parece ser de relevancia ya que apenas en el lugar, un grupo de chicas llamarán nuestra atención. Ellas son pacientes del lugar y parecen estar abrumadas por la tarea de sobrevivir a las duras técnicas del doctor Stringer (Jared Harris). El nosocomio es un clásico del género: tratamientos fuertes (electroshock, drogas), enfermeros brutales, pasillos largos y desolados, habitaciones-cárceles y… un fantasma. O no. O algo así. Kristen rápidamente se da cuenta de que si no sale pronto del lugar, se le hará difícil seguir con vida, ya que esa presencia maléfica amenaza con eliminarlas una a una. Ella tiene un plan y nada la apartará de su objetivo, excepto claro, la ténebre presencia de una supuesta paciente muerta que busca venganza… Ejem, les suena no?
Por momentos, me hizo recordar a «Sucker Punch» (demasiado y para mal). La lucha por escapar de una realidad muy fuerte lleva a la mente humana a travesar ciertos límites no?
Esa presencia demoníaca de la que hablamos transita por la cinta y la vemos entrar y salir de ciertas escenas, sin entender mucho de qué va. Si, se resuelve al final pero…La pregunta es… ¿No deberíamos tener pistas que sugieran o dejen translucir qué hay detrás de semejante persecución antes de los diez minutos de cierre? El film se repite en lugares comunes (muertes, agujas, persecusiones) y la trama es tan elemental que por momentos cuesta creer que a Carpenter le haya parecido una buena idea semejante historia. El libro es… como una farmacia pobre, «no tiene remedio». Lo cosmético que utiliza para distraernos, sólo funciona para sus seguidores incondicionales. Quienes no lo somos, nos miramos extrañados. Este es un trabajo flojito de un experimentado y veterano de la industria.
No hay mucho más para decir. Esta semana se estrenaron dos trabajos nuevos de dos grandes y longevos directores: George A Romero y John Carpenter. Es casi un clásico. Este round, al menos, lo ganó el primero por puntos.
Sólo soportable por amantes furiosos del género.