«Mar.IA»: Inteligencia Asesina

Mar.IA llega a salas argentinas tras participar de varios festivales (acá fue una de las representantes argentinas de la competencia internacional del Buenos Aires Rojo Sangre). Dirigen a cuatro manos dos recurrentes del cine de género nacional: Gabriel Grieco y Nicanor Loreti, con guion de éste último.

Una película que se ve influenciada por un cine estilo clase B ochentoso, donde la ciencia ficción y la mirada de un futuro no tan lejano estaba cargada de imaginación. En este caso, la historia gira en torno a una actriz porno (interpretada por Daria Panchenko) que sufre un accidente automovilístico que la deja en coma. Años después, Alina (Malena Sánchez) es contratada como sonidista para una película del director Dario Georges (sutileza ante todo a la hora de homenajear) protagonizada por esta actriz que todos creían muerta. Pero la situación se va de control cuando la ven efectivamente fallecer en medio del rodaje y el productor pretende mantener en secreto lo sucedido y aprovechar la filmación para hacer negocios turbios con gente de la deep web. Eso es solo el comienzo del despelote que vendrá después, pero es fácil intuir que del combo necrofilia, violación y tráfico de personas nada puede salir bueno.

En Mar.IA hay un montón de personajes y otras tantas subtramas (entre ellas una historia romántica y un agente infiltrado) sobre las que no conviene adelantar demasiado. La inteligencia artificial aparece acá de una manera algo anticuada, al mejor estilo Robocop (como uno de los personajes se encarga de aclarar en una de las escenas que se destacan por sus diálogos) cuando Mar.IA se revele como una especie de robot con un objetivo muy particular. Pero ese rejunte de ideas y de personajes quedan desarrollados de una manera vaga y desprolija.

La dirección cuenta con un montaje de demasiados cortes abruptos y efectos especiales desparejos. Eso no impide decir que es una película divertida, por momentos inventiva, pero que se pierde entre todo lo que quiere ser o no ser. Por momentos se nota que estamos ante una película de Loreti, en especial en la escena que protagonizan Andrea Rincón y Demián Salomón en blanco y negro, en otras se percibe un poco más la mano de Grieco, quien además de haber ya probado con la ciencia ficción en su filmografía acá se reserva para actuar el papel del director.

Un experimento interesante y distinto al que no le falta ni erotismo ni sangre ni personajes femeninos empoderados, que no es del todo fallido pero que a veces parece apresurado en su breve duración (apenas más de una hora), sobre todo con las escenas post-créditos. La banda sonora es muy buena y levanta mucho.

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