«La vida es sueño»: Calderón de la Barca, remix a la inglesa

Llega por un breve tiempo a la cartelera teatral porteña, una coproducción entre la Compañía Nacional de Teatro Clásico en España y varias productoras asociadas, que fuera presentada con gran éxito en su tierra. Este es un hit importante en la Madre Patria, que llega a nuestro teatro Regio merced al esfuerzo del Ministerio de Cultura de la Ciudad.

Lo primero que debe decirse, ésta es una puesta transgresora de una legendaria obra del dramaturgo, Calderón de la Barca, a cargo del británico Declan Donellan (quien realiza la adaptacion junto a Nick Ormenord), dos británicos que le dan una identidad a la obra, contemporánea, disruptiva e incómoda, si sos amante del texto original puede dejarte sensaciones encontradas.

A ver, yo celebro las versiones que dan nueva vida a los clásicos. Es innegable que muchos abordan el conflicto principal, y lo traspolan a otra época, donde hay claras referencias de la actualidad en la raiz temática. Se juega aquí, en «La vida es sueño», una aguda reflexión sobre el destino del hombre, lo crucial que se vuelve tener la posibilidad de elegir y ser elegido, la rebeldía presurosa que acciona para liberarse del régimen establecido. Incluso más allá, plantearse si el hombre debe soñar, y que implica acunar esa acción. ¿Cuál es el precio que todos pagamos por soñar?

Aquí el conflicto de la paternidad mal ejercida es sólo una faceta de la historia. Todo se inicia con la posibilidad de liberar al heredero de un monarca está en prisión desde su más temprana edad. El rey lo responsabilizó por su nacimiento y lo que sucedió con su madre, por lo que decidió, tiempo atrás, que no habite en ningún espacio real. Segismundo (Alfredo Noval) entiende con dificultad que su padre, el rey Basilio (Ernesto Arias) lo ha confinado injustamente. Y tomar conciencia de eso, hace que estalle en manifestaciones vehementes para expresar su ira.

Ser libre y explorar el mundo son entonces posibilidades para Segismundo y él elige transitarlas, ofreciendo una mirada crítica sobre la humanidad y sus actos, que como se imaginarán no es inocente ni tibia. Donellan construye desde la ensoñación. Desde el deseo primario y concreto. Pero incorpora elementos visuales y sonoros que pueden llamar la atención (los fragmentos de canciones de los años veinte, por ejemplo; las licencias de participación con el público) pero que pone al servicio de la historia.

El desarrollo de los eventos van mezclando ensoñación y desafíos lógicos: que un príncipe sea liberado siempre puede ser una oportunidad para las insurrecciones. Y también hay lugar para el amor y los planteos en relación a la herencia: sí, hay otra hija no reconocida que también deberá ser exhibida a luz de los deseos del autor original de la obra. Las intrigas de palacio estarán corporizada por un grupo de personajes que harán circular la energía de búsqueda del poder y el deseo, un vodevile más ameno en la segunda parte.

El elenco, integrado además por Rebeca Matellán, Ángel Ruiz, Manuel Moya , Antonio Prieto,  Goizalde Núñez, Irene Serrano y Prince Ezeanyim, se desempeña acorde al ritmo planteado por el director. Indudablemente, es una experiencia valiosa para que los amantes de este dramaturgo, se acerquen al teatro Regio a vivir esta recreación y corroborar su interesante actualidad, a pesar que al principio, estos lazos conectores no aparezcan con claridad meridiana.

«La vida es sueño», de Calderón de la Barca
Compañía Nacional de Teatro Clásico de España
Adaptación de Declan Donnellan y Nick Ormerod
29, 30 de noviembre, 1 y 2 de diciembre 2023
Teatro Regio, CTBA, Av. Córdoba 6056

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *