«Kung Fu Panda 4»: el «heredero»

La cuarta es la vencida. ¿Nuevo refrán? Bueno, no se si tanto pero… Algunas ideas no logran renovación o han tocado su techo y desde ahí, solo queda experimentar el descenso desde la cima. Esto creo que es lo que sucede con la nueva entrega de «Kung Fu Panda», dirigida por Mike Mitchell y Stephanie Stine, experimentados realizadores que no logran dar a su film, estatura necesaria para extender la serie.

Es importante decir que yo soy fan del Panda, por supuesto que en la versión en inglés, con Jack Black a la cabeza. Entiendo que su histrionismo y empatía, le ha permitido ubicar a su personaje (Po), en la cima de los films de animación relacionados con la cultura oriental. Sin embargo, y a pesar del nutrido cast, lo que falla en esta cinta es la falta de innovación y desafío.

Creo que no estamos en una serie, y cada aventura de Po debe tener una altura épica importante, que desate diversión y acción a raudales. Si bien aquí hay una motivación en apariencia, importante (la crisis de la sucesión del Guerrero Dragón), tanto sea el villano, como también la coprotagonista (Zhen, en la voz anglosajona de la famosísima Awkwafina) no logran anclar como centros de interés. Ninguno de estos roles (ni con los debates morales de su coequiper, bastante deslucidos), logra la intensidad para acompañar las andanzas torpes del personaje de Black.

Si, no se puede negar que Po es divertido, que tiene líneas simpáticas que hacen referencia a la comida y a la simpleza con que deben resolverse las cosas. Pero en mi opinión, eso sólo no alcanza para justificar una nueva entrega. Hay también un engine tiene dificultades para mostrarse sólido (me sorprendió desde lo técnico, esperaba más), ni tampoco hay una trama que descolle y atrape al espectador.

En pocas palabras, hay un superenemigo, «La Camaleona» (Viola Davis), que puede mutar de forma y que amenaza al Valle de la Paz, ya que a pesar de ser pequeña, la posibilidad de cambiar, le permite transformarse en seres grandes y aterradores. 

Todo empieza cuando el Shifu (Dustin Hoffman), le dice a Po que hay que empezar a hacer casting para buscar un heredero a su cargo y que él debe comenzar a preparar su retiro. Obvio que Po no quiere jubilarse, y aprovecha la amenaza de la Camaleona para dedicar todas sus energías a combatir a la nueva enemiga, dejando de lado por un tiempo, la consagración de su heredero. En su camino, mas temprano que tarde conocerá a una ladrona profesional, Zhen, que lo acompañará en el viaje para encontrar a la villana, quien se encuentra en tierras lejanas.

La cinta abunda en gags pequeños, no tan iluminados como en otros tiempos. La repetición de fórmula y la falta de personajes con carisma crea un clima poco propicio a la diversión. La historia transcurre, previsible, sin ningún golpe de efecto interesante, hasta el cierre. Quizás el punto máximo (me atrevo a decir) sea la interpretación de Jack Black del hit de Britney Spears, «One more time», que aparece en el cierre y se muestra como un buen golpe de efecto.

Considerando el cast que posee y la tradición de la franquicia, podría esperarse más. El balance final da por debajo de la media y la verdad, con el final, nos quedan muchas dudas acerca de lo que vendrá. La franquicia parece haber llegado a un punto de inflexión donde muchas cosas deberán revisarse.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *