
«Imprenteros»: La familia y los oficios

La talentos actriz Lorena Vega escribe, dirige junto a Gonzalo Javier Zapico y protagoniza junto a sus hermanos Imprenteros. La obra de teatro que se convirtió en un libro y ahora en una película, un documental que funciona como una especie de suma de aquellas y al mismo tiempo se puede ver como unidad para adentrarnos en el ejercicio interminable que resulta la memoria. ¿Qué es una familia? Se lo pregunta Lorena y nos lo preguntamos todos en algún momento.
Un poco de contexto. En el 2018, Lorena Vega estrena junto a sus hermanos la obra Imprenteros (que en el teatro off ha llegado a tener más de 500 funciones), en la cual los hermanos narran la historia de su familia, una familia marcada más que nada por la figura del padre, y el oficio heredado o no de la imprenta, un lugar físico que de repente les es vedado. Se trata de una especie de reconstrucción, una manera que encuentran estos hermanos de contar y contarse ellos mismos su propia historia.
Esa obra de teatro en algún momento muta o se expande a un libro. Un libro que, también, nace como una necesidad. El documental muestra bastante de ese proceso que mueve mucho su hermano Sergio, que es imprentero como su padre. Entre Lorena, Sergio y Federico, contador, reconstruyen y rehacen a través de estos dispositivos la historia de la familia. La ausencia y egoísmo del padre que lo hacen más omnipresente que nunca.
El documental, que está dirigido por el matrimonio conformado por Vega y Zapico, tiene su germen durante el confinamiento en la pandemia del covid que nos obligó a enfrentarnos a nosotros mismos. Y el arte suele ser la respuesta adecuada siempre para sanar, cada uno a su modo. Además está conformado de una manera en que no resulta imprescindible haber visto la obra de teatro pero si no se hizo dan ganas de hacerlo, lo mismo con el libro. Cada artefacto es único en sí mismo.
Imprenteros, la película, es un documental que se erige entre testimonios, archivos, registro, reconstrucciones y reflexiones en torno a lo que hace a una familia y a los oficios. Las tintas, las guillotinas, las impresiones, las texturas.
Un ejercicio que no solo se percibe como personal y catártico para sus protagonistas, sino que nos invita a ser parte de él y a incorporarnos cada uno desde sus propias historias y recuerdos. Esto narrado con nostalgia y sensibilidad pero también mucho humor, lo cual ayuda a hacer sentir esa cercanía.
La película se estará proyectando durante agosto en la Sala Lugones y en el MALBA.