
Si cualquier espectador neutral analiza los últimos años del universo creativo de Marvel, puede darse cuenta que desde 2019 («Endgame»), sólo «Guardians of the Galaxy 3» ha estado a la altura de las circunstancias. No es que todos los films de la compañía deberían ser superlativos en calidad, eso es muy difícil dada la cantidad y complejidad de personajes de estos «multiversos». Lo cierto es que, la vara está bastante baja y la aparición de Disney + que parecía potenciar a sus productos, generó una saturación del ecosistema de Superhéroes y eso llevó a la audiencia a alejarse de las salas en las últimas cintas.
Pero los chicos de Marvel no son principiantes y juegan con un mazo muy amplio de cartas. Como Disney compró a 20thCentury Fox en marzo de 2019, decidieron explorar la renovación de esos personajes (en especial, los X-Men) e integrarlo en dosis generosas con la premisa de revitalizar al multiverso caído.
«Deadpool & Wolverine» es, increíblemente, el único estreno del estudio en salas para 2024. Algo eso nos dice. Este año para los estudios significa una pausa importante para tomar impulso y seguir hacia adelante. Es cierto que hubo huelga de guionistas y eso retrasó producciones pero se percibe una necesidad de reacomodar los siguientes títulos y generar una expectativa distinta. Es de público conocimiento que se ha ralentizado la cantidad de productos en juego y se busca extender los tiempos de espera, en busca de no saturar, claramente.
Con toda esta expectativa previa (se espera que mañana, cuando abra en USA, sea la película de más alta apertura en la historia de las «aptas para mayores de 18», o calificación «R»), lo que debe decirse es si realmente, el film justifica tantas luces.
En lo personal, lo primero que me impactó es algo característico de las anteriores Deadpool, y que aquí, creo, cobra una expresión extrema: la cuarta pared. Esta estrategia de narración donde el protagonista le habla al público. Ryan Reynolds utiliza esa técnica con un desparpajo fenomenal para hacer reir a la audiencia y criticar, ácidamente, el tipo de películas que el estudio que lo contrató realiza. Lo cual, es delirante pero funciona. Lo segundo que aparece como emergente feroz, es el carisma de Hugh Jackman. Pasaron los años desde el final de su personaje icónico (2017, creo), y aquí se lo ve intacto, con todas las características que lo llevaron a ser un enorme protagonista en la época de Xavier y sus X-Men. Con esa combinación potente, todo lo que viene a continuación, cobra una relevancia menor.
Es decir, la trama (confusa o quizás, algo caótica por la necesidad de incorporar muchos personajes «laterales» que suman guiños a 20th Century Fox) parte de algo que comenzamos a ver allá por la primer temporada de «Loki», en 2021, transmitida justamente por Disney +…
Cierto día, Deadpool es secuestrado y llevado a un cuartel de la TVA (Autoridad de Variación Temporal, recuerdan?) donde le presentarán un cuadro de situación sobre su destino. Allí, él se desayunará con que la línea temporal de su universo va camino a colapsar. Luego de un corto diálogo con un mentor siniestro en el lugar (se ve que la TVA necesita un buen gerente de RRHH!), se dará cuenta de que necesita buscar a Wolverine para restaurar el «anclaje» de un universo determinado y salvar a sus seres queridos. Recordemos que en nuestro mundo, Logan ha muerto hace un tiempo, pero sus alter-egos, se encuentran esparcidos por distintos universos…
Pero todo esto es una trampa porque Paradox (Matthew Macfadyen), el líder de esa división de la TVA, los desterrará a «The Void» (el vacío), (en la primera de cambio), lugar que todos conocemos por ser el último y peor rincón de los universos. Allí tendrán que enfrentar a la reina del lugar (Cassandra Nova, jugada por Emma Corrin), quien pasará a ser la gran villana de la historia. La mayor parte de la trama se juega en ese espacio y ofrece, muchas, pero muchas sorpresas…
Ryan Reynolds y Hugh Jackman hacen lo que tienen que hacer, con soltura y complicidad. De a ratos «Deadpool & Wolverine» es una buddie movie de aquellas. En otros, una clásica cinta de acción sangrienta. Con cierto condimento, por supuesto. Las producciones más transgresoras de Marvel trabajan mucho el tema de las OST y aquí, estalla la música tipo A.O.R (Adults Orient Radio) ochentosa y noventosa a morir, que complementa escenas sangrientas, de una manera original y simpática, muy en la línea de «Guardians Of the Galaxy» y sus «Awsome mixes».
Sin spoilers, creo que la película está muy bien. No es perfecta, hay demasiada gente dando vuelta en el desarrollo y la trama se estira como chicle de a ratos, así como ofrece poca profundidad en la construcción de personajes. Reynolds es un comediante excelso, nacido como esto. Es el Dibu Martinez de los actores irreverentes. Lo cual, garantiza que si eso es lo tuyo, te va a encantar.
Párrafo final para Shawn Levy, el director. Creí que el rol le quedaba grande, pero no. Si bien sus antecedentes no ofrecían demasiadas seguridades para encargarle este proyecto, ejerce una conducción permeable, potencia lo que posee y no se complica a la hora de llevar adelante las ideas de sus guionistas. Todo eso, se agradece.
Para adolescentes y adultos jóvenes, es la película del año. Insisto, no es 10 puntos, pero Marvel viene tan golpeado, que es un soplo de aire fresca que marca cual es la dirección correcta para la salida de este túnel llamado «fase 5».
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Rodrigo Chavero
Periodista, docente y redactor de contenidos. Amo el cine y no hay mejor plan que ver películas.
Coordino Espectador Web desde 2011 y en mis redes hay mucho material de cine, teatro y espectáculos en #CABA.