“The Haunting in Connecticut 2: Ghost of Georgia” (Extrañas Apariciones 2): Fantasmas eran los de antes

No puede pasarse por alto que «Extrañas Apariciones» es un título que llega destiempo, a destiempo de todo. Ya ese sólo hecho lo hace un film verdadera curioso en la cartelera.
Empecemos remarcando que llega a nuestro país un año más tarde que su estreno en EE.UU.; que aquí la primera parte no se conoció como «Extrañas Apariciones 1» – este fue su título en México – sino como «Invocando Espíritus»; y además su título original ya no guarda coherencia tampoco, se sigue llamando «Haunting in Connecticut» cuando en verdad la historia – sin relación con la anterior – sucede en Georgia (tal cual lo aclara en el subtítulo).
Aún si obviáramos estas peculiaridades estamos frente a un film que pertenece a una temática que, en el mundo tan fluctuante como el del género de terror, pertenece a una “moda” que “ya pasó”, la de los films de casas embrujadas por espíritus con asuntos pendientes, dispuestos a tomar “posesión” de los nuevos integrantes.

Claro, todo toma más claridad si vemos que el año pasado, James Wan la pego por dos con «El Conjuro» y la secuela de «Insidious», tal vez revitalizando el subgénero. Veamos, “primera parte” tenía el atractivo de la siempre llamativa Virginia Madsen como una madre que pasaba todas las penurias cuando se mudaba a una casa en Connecticut y su hijo enfermo de cancer tenía visiones y era poseído por un espíritu vengativo.
También estaba Elias Koteas como el Padre exorcista. Aquí esos mínimos alicientes desaparecieron. La historia ahora es la del matrimonio de Lisa y Andy que se mudan a una casa en Georgia junto a su hija Heidi y la hermana de Lisa, Joyce.
Claro, la casa viene con espíritus incluidos. Pero hay algo más, Lisa y Joyce justo poseen el don de ver fantasmas, lo heredaron de su madre, y tal parece que Heidi tiene ese don también, en fin, casualidades, o no, no importa.
Así, el ignoto Tom Elkins (el director) va a hacer uso de todas las armas frecuentes de estas películas para contarnos a través de flashbacks y apariciones varias la historia de los integrantes anteriores de la casa y del pueblo, y parece que viene pesada. Lisa y Joyce se toman el tema de la visiones de modos diferentes, y en el medio Heidi, la nenita, sufre y se espanta.

«Extrañas apariciones 2» no es un film de terror, aún menos que «Invocando espíritus», es un drama sobre tres mujeres que ven fantasmas y se enteran de un hecho feo del pasado del pueblo; hay algunos golpes de efectos, movimientos de cámara y música incidental para el caso, pero no va más allá de eso.
Todo en la película apunta al promedio, no tiene otras aspiraciones, y así se conduce al espectador a una suerte de letargo, del que solo saldrá cuando la música retumbe. Casi no hay caras conocidas, tal vez a alguno le resulte conocido el carlindo Chad Michael Murray como Andy.
El resto del elenco lo integran Abigail Spencer (Lisa), Katee Sackhoff (Joyce) y Emily Alyn Lind (Heidi) todos con interpretaciones sin destacar, como la mayoría de los elementos que rodean este film. Al final, las intrigas mayores no tienen que ver con el argumento sino con todo lo que rodea a su estreno, y al oportunismo de un título algo engañoso.
Anexo de Crítica por Roque Anzalas
Por si alguien se pregunta cuando se estrenó en el país la primera parte de «Extrañas apariciones 2», vale la pena aclarar que fue en el 2009 y lo hizo con el título «Invocando espíritus», aunque si se la perdieron en aquella oportunidad no tienen de que preocuparse, ya que esta segunda entrega no es una continuación, sinó que cuenta una historia completamente nueva.
Usando los elementos más clásicos, pero efectivos del género de terror (al igual que Sinister o la saga Insidious), el film que hoy llega a los cines sigue la misma línea de su predecesora al tomar como punto de partida un caso real (la primera parte ocurrió en 1987, la segunda en 1998) para crear una tradicional historia de fantasmas que, si bien no aporta ningún elemento nuevo ni original, no va a defraudar a los seguidores de este tipo de películas
. Dirigida por el debutante Tom Elkins (quien supo colaborar en rubros técnicos de títulos como Se busca, Vuelo nocturno y El código Da Vinci), «Extrañas apariciones 2» logra atrapar desde la primer escena y proporciona más de un susto durante la hora cuarenta de duración, aunque muchos de ellos sean producto de un buen trabajo en la edición de sonido.

El film no se toma ningún tipo de preámbulo y ya desde el primer minuto vemos a Lisa (Abigail Spencer, de «Oz el poderoso» y «Cowboys vs Aliens») sentada en su cama intentando alejar de su mente a esos fantasmas que acechan en la esquina del dormitorio. Sobre la mesa de luz, un frasco de pastillas nos hace preguntar si en verdad están ahí o son producto de su imaginación.
Tras mudarse a una nueva casa en medio del bosque, siempre dentro del estado de Georgia, junto a su hija y su marido Andy (Chad Michael Murray, de la serie «One Tree Hill»), vemos como la pequeña Heidi también percibe la presencia de un fantasma, un anciano al que sólo ella puede ver y al que llama señor Gordy.
La llegada de Joyce, hermana de Lisa, devela lo que en un principio podía haber sido el eje argumental de la historia antes de que se dispare hacia otro punto totalmente diferente, que tanto ambas hermanas, como la pequeña Heidi, nacieron con una especie de ¿don? que les permite ver y comunicarse con seres del más allá, cualidad que también poseía la madre de ambas.

La tranquilidad del lugar dará paso a situaciones cada vez más tensas y violentas cuando extrañas apariciones no tan pacíficas como el señor Gordy den paso a una investigación que revelará un oscuro secreto oculto por varias generaciones.
El film seguramente se tome demasiadas licencias con respecto a los hechos ocurridos en la vida real a la familia Wyrick, ya que, si bien cumple el objetivo de entretener y seguramente va a provocar múltiples sobresaltos en la platea, cuesta creer que mucho de lo que se ve en pantalla realmente haya sido tal como se cuenta.
Pero para quienes quieran acercarse más a la historia verdadera, pueden buscar el documental que en el 2002 realizó Discovery Channel titulado «A Haunting in Georgia». Debido al éxito de la primera parte hace ya cinco años (éxito teniendo en cuenta el bajo presupuesto, claro), se anunciaron dos secuelas totalmente independientes entre sí.
La primera ocurrió en Connecticut, la segunda en Georgia y la idea es que la tercera transcurra en Nueva York. Seguramente los productores ya deben estar buscando una historia real que sirva de inspiración para la próxima entrega de una saga que puede seguir por varias películas más, siempre en cuando el nivel no decaiga y el público responda.
