«Thanksgiving» (Viernes Negro): un falso trailer como origen

En el 2007, Quentin Tarantino y Robert Rodríguez estrenaron Grindhouse, un doble programa que homenajeaba aquellas películas clase B que veían en el cine en continuado. Más allá de los dos largometrajes, la experiencia fue total con el agregado de unos falsos trailers, también muy del estilo de aquella época. Entre esos trailers se encontraba Machete, que se convirtió en una realidad, luego en una secuela y prometió una trilogía. Ahora Eli Roth trae su Thanksgiving, un slasher propiamente dicho que además presenta una crítica social bastante actual.

Si hay alguien que ama el cine de terror es Eli Roth. Además de dirigir varias películas incluso ha dedicado una serie de tres temporadas a contar la historia del género con la participación de varios colegas y expertos.

El día de Acción de Gracias es una festividad muy norteamericana. Si bien nace con la idea de reunirse en familia a agradecer por las cosechas desde que llegaron al país norteamericano los primeros colonos provenientes de Inglaterra, los famosos «peregrinos», con el tiempo se convirtió en una tradición, con feriado incluido y con una serie de rebajas a la que llaman Black Friday. Así, lo nuevo de Eli Roth nos sitúa de inmediato en lo que quiere contar.

En la noche de Acción de Gracias se reúne una poderosa familia y amigos a cenar pero la cena se interrumpe porque, más allá de ser feriado, algunos tienen que trabajar. Es que la empresa de la adinerada familia es una enorme tienda electrónica que esa noche recibirá a gente desesperada por comprar sus electrodomésticos con descuentos imposibles en otra época del año. En el medio, el grupo protagonista de adolescentes que pensaba salir a divertirse, deciden hacer una parada también por la tienda.

Mientras la gente se agolpa esperando entrar, pueden ver a través de los vidrios que la hija del dueño y sus amiguitos se pasean por la tienda vacía y agarran lo que quieren. La impaciencia y la desesperación por conseguir lo que desean, quizás no más que una wafflera, superan el escaso control policial. Cuando la situación se descontrola, las puertas de vidrio estallan dando lugar a una estampida de consumidores dispuestos a matar y morir por aquello que deseaban comprar. Es una secuencia impactante, divertida y terrible al mismo tiempo, que asienta un tono y una intención. Las cosas no volverán a ser igual el año que viene para esa fecha y con la llegada de un nuevo invitado ya no quedarán sobras.

La película se sucede en Plymouth, Massachusetts, un lugar donde la festividad tiene mucho peso por ser el lugar de origen y por lo tanto casa de su primer gobernador, John Carver. Es la máscara y atuendo de peregrino de este personaje el que utilizará el villano que en vísperas de un nuevo día de Acción de Gracias empieza a sembrar cadáveres asesinados de manera sangrienta y brutal y luego presentados de para que los encuentren de manera truculenta.

Entre los personajes tenemos a su protagonista Jessica (Nell Verlaque), hija del dueño de la tienda ahora más célebre por la tragedia sucedida que por su tamaño. Una joven que perdió a su madre y no se lleva bien con la pareja de su papá, al mismo tiempo que aquella tragedia la alejó por completo de su novio, un deportista que al romperse el brazo decidió abandonar la ciudad. La rodea un grupo de amigos y un nuevo interés amoroso que intenta incorporar a su vida.

Por otro lado están los adultos y acá Eli Roth cuenta con un actor que, si bien regresa al cine de terror tras Scream 3, es reconocido mayormente por la serie Grey’s Anatomy (aunque ya hayan pasado varios años de la partida de su personaje) y algunas comedias románticas. Patrick Dempsey da vida al sheriff que además de ser la cabeza de la investigación es amigo de la familia. Algunos secundarios, entre los que se destacan Gina Gershon y Rick Hoffman, terminan de brindar su aporte.

La película está escrita por Eli Roth junto a su amigo Jeff Rendell. Ambos lograron crear un villano que ya se perfila como icónico y como inicio de una franquicia (hay secuela asegurada, el director contó recientemente que se tomará el próximo año para escribirla y producirla), con el llamativo atuendo de peregrino y una máscara que en ocasiones menos siniestras resultaría simpática.

Además, como todo buen slasher, se cuenta con una buena dosis de muertes. Hay creatividad e ingenio a la hora de presentar estas escenas, algunas originadas ya desde ese falso trailer donde se permitía jugar con lo exagerado y absurdo. Como buen exponente, la trama girará no solo en intentar sobrevivir sino al descubrimiento de quién se encuentra tras la máscara. Aquí quizás el misterio resulta algo predecible.

Eli Roth logra un balance entre lo clásico y lo moderno (incluso desde lo visual, la película ya no se ve sucia y granulada) y homenajea con frescura al slasher de su origen. Con buenas dosis de humor, escenas grotescas y ridículas y una mirada crítica al consumismo, Thanksgiving es una de las mejores películas de un director que ama el terror y que se propuso traer de vuelta el slasher, algo que se viene intentando bastante en los últimos años pero con menos éxito y películas que no terminan de abrazar al género. De eso se trata, del amor por un cine muchas veces rebajado como menor o pasatista.

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