Adain Bradley “Grant” and Jacob Batalon “Paxton” in Screen Gems TAROT

«Tarot» (Tarot de la muerte): la baraja maldita

Género transitado el terror en estos tiempos. Versátil, directo, barato para producir y si concitan el interés de los espectadores, rentables. Una buena inversión o un hit, ofrecen la posibilidad de generar ganancias, abrir franquicias y escalar mercados. ¿A quién no le gustaría intentar con baja inversión? Indudablemente, a muchos productores.

Así es cómo las historias siguen llegando, en gran cantidad a las salas del mundo, sus resultados en términos artísticos son dispares. «Tarot»; por ejemplo, ha triplicado en número a la fecha su presupuesto de costo y aunque no sea un film memorable, ni mucho menos, cumple, de alguna manera, con la premisa de lo que ofrece: asustar, buscar el impacto emocional y ofrecer una atmósfera opresiva.

Los directores Spenser Cohen y Anna Halberg (ópera prima para ámbos), parece una combinación de temáticas inspiradas en otras películas del género. Un grupo de amigos (universitarios, por supuesto) se dispone a experimentar un juego/ritual familiar ( «Ouija» , «Verdad o Reto») y pronto se ven eliminados uno por uno, incapaces de torcer su suerte («Destino final», la saga). No es que esté prohibido hacerlo, desde ya. Sí, que el enfoque «remix» aquí no termina por ser mejor a la suma de sus partes. Por así decirlo…

Todo comienza con un grupo de chicos y chicas que disfrutan de un fin de semana en una vieja mansión para celebrar un cumple (¿no es original?). Hay siete personajes principales en el lugar, y debe decirse que ninguno está desarrollado ni conoceremos mucho sobre ellos. Eso si, este enfoque invita a que la duración del film sea ajustada, que juega a favor de la cinta. La hace más amistosa porque todo sucede muy rápido.

Mientras buscan cosas en el lugar, ellos descubrirán un juego de viejas cartas del tarot y de puros traviesos, decidirán probar como funcionan. Haley (Harriet Slater), algo sabe y al principio se resiste a explorar ese mazo; digamos que por una directiva «de uso», no se deben utilizar las cartas del tarot de otra persona. Pero Elise (Larsen Thompson), la que cumple años, insiste en ello, por lo que Haley les dará el gusto y hará una lectura que a la larga, dará feos resultados. 

Los personajes de la casa entenderán con rapidez que la cosa viene mal, ya que los dibujitos de las cartas, cobrarán vida para ejecutarlos a cada uno, paciente y ordenadamente.

La película está bien ambientada. La mansión es lúgubre y el vestuario y la iluminación están logrados. Los efectos de sonido lucen ajustados pero… algo falta. No hay química en el grupo, las muertes se suceden de una manera cuasi mecánica y la historia roza la superficialidad, incluso, dentro del escenario dantesco que se presenta. El guión es corto en ambiciones y se dedica a establecer pasos y muertes con poco apego por explorar las emociones, que son las que amplifican el miedo y la atención de la audiencia.

Sin protagonistas de relieve (excepto el amigo de «Spider Man», Jacob Batalon) y con un final discutible… la cinta se inscribe dentro de las realizaciones «promedio» que la industria nos viene ofreciendo en este tiempo. Cumple para entretener a los fans del género pero no aporta demasiado en términos cualitativos, para la expansión en calidad de esta industria.

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