«Quand vient l’automne» (Cuando cae el otoño): intriga familiar en la campiña francesa
By Rodrigo Chavero 3 meses agoFrançois Ozon lo ha vuelto a hacer. Con «Quand vient l’automne» (conocida internacionalmente como «When Autumn Comes»), el maestro francés del drama psicológico y el suspenso nos entrega una pieza sombría y cautivadora que reafirma su lugar como uno de los cineastas más interesantes de la actualidad. La película, no solo es un ejercicio impecable de tensión, sino que además se aventura en un terreno poco explorado por el cine contemporáneo: el protagonismo femenino maduro en un thriller con claras reminiscencias del film noir. Y vaya si lo logra.
El punto de partida de la trama nos sumerge en la vida de Michelle (interpretada por la soberbia Hélène Vincent), una mujer viuda que reside en la tranquila soledad de su casa de campo. Su rutina se ve animada por la inminente llegada de su hija, Valérie (Ludivine Sagnier), y su joven nieto, Lucas (Garlan Erlos).
Para preparar la visita, Michelle se reencuentra con su mejor amiga, Marie-Claude (Josiane Balasko), con quien comparte una salida al campo para recolectar hongos, un pasatiempo que parecería inofensivo pero que pronto tendrá repercusiones inesperadas. Marie-Claude, por su parte, lidia con sus propios problemas familiares, en particular con su hijo, Vincent (Pierre Lottin), quien se encuentra encarcelado por un delito sobre el cual Ozon mantiene un velo de misterio, dosificando la información para aumentar la intriga.
Cuando Valérie y Lucas finalmente llegan, Ozon no tarda en exponer la tensa y complicada relación madre-hija. Se perciben resentimientos añejos, derivados, en parte, de la forma en que Michelle se ganaba la vida en el pasado, y la situación se agrava por el inminente divorcio de Valérie.
Esta atmósfera ya cargada de problemas personales se intensifica dramáticamente cuando, tras una comida en la que se incluyen los hongos silvestres recolectados, una de ellas, de dudosa procedencia, provoca una intoxicación grave que deja a una de las protagonistas en el hospital.
Este incidente no solo siembra el caos, sino que también genera una profunda brecha entre Michelle y Valérie, llevando a que Michelle quede prácticamente sin poder ver a Lucas, su adorado nieto, sumiéndola en una profunda angustia.
En medio de este torbellino emocional, el destino (o la mano de Ozon) introduce un nuevo elemento: Vincent, el hijo de Marie-Claude, sale de la cárcel. Con un gesto de bondad y buscando ayudar a su amiga, Michelle le ofrece amablemente un trabajo en el extenso jardín de su propiedad, dándole la oportunidad de reinsertarse. Es la presencia de Vincent en la casa, ahora como parte del personal, la que lo convierte en un oyente involuntario.
Y es entonces cuando escucha una conversación entre Michelle y Marie-Claude que lo desarma por completo, abriendo una intriga que toma al espectador por sorpresa y redirige por completo el rumbo de la historia. Este momento es el verdadero punto de inflexión del thriller, donde los secretos enterrados comienzan a salir a la luz.
Desde ya, es saludable que Ozon haya decidido presentar un universo donde los adultos mayores dominan la escena. La elección de una protagonista como Vincent es un acierto y una muestra de la vigencia de la intérprete. Tendemos a invisibilizar a los ancianos y eso no es justo. Hay en ellos, y en particular en el arte, un capital inmenso para reflexionar sobre lo social y la vida en perspectiva, y Ozon, lo sabe.
El cineasta compone su lienzo con una fina capa de riqueza y experiencia de su actriz principal a la historia, dejando en claro que sabe filmar, y por sobre todas las cosas, no se necesitan explosiones y balazos para hacer un buen thriller de intriga.
El director, como siempre, se regodea en una estética que bebe directamente del cine negro clásico, pero con un toque muy local que se enmarca en el escenario presentado. La fotografía es opresiva pero hermosa, con sombras profundas. Me encanta que Ozon no necesite sobresaltos baratos para construir su trama; lo hace a través de miradas, silencios cargados de significado y un guion que dosifica la información con maestría, invitando al espectador a armar el rompecabezas junto con la protagonista. Les advierto, hay mas intriga que información concreta, con lo cual hay que manejar la ansiedad.
«Quand vient l’automne» se presenta así como un eslabón contemporáneo de una rica tradición cinematográfica que valora la sofisticación del misterio y la profundidad de sus personajes, partiendo desde la tercera edad. En definitiva, aquí el director muestra que el cine de suspenso puede ser cerebral y elegante, sin renunciar a la emoción visceral.
Ozon aquí hace lo que nos tiene acostumbrados a hacer: manejar la narrativa con una precisión quirúrgica, desvelando las capas de la intriga de forma gradual, manteniendo al espectador al borde del asiento no por lo que ve, sino por lo que intuye y lo que teme. Ésta es una película que te atrapa con su atmósfera y te deja pensando en las complejas redes de la verdad y la mentira mucho después de que los créditos finales aparezcan en pantalla.
En definitiva, «Quand vient l’automne» es una película oscura y sutil que brilla con la luz de una interpretación magistral de Hélène Vincent. Si buscan un thriller que les haga pensar, que les ofrezca una protagonista compleja y madura, y que los sumerja en la mejor tradición del cine negro, no se la pierdan. Ozon nos invita a un paseo por el lado más sombrío de la naturaleza humana, donde el otoño no solo trae hojas caídas, sino también verdades escalofriantes.
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Rodrigo Chavero
Periodista, docente y redactor de contenidos. Amo el cine y no hay mejor plan que ver películas.
Coordino Espectador Web desde 2011 y en mis redes hay mucho material de cine, teatro y espectáculos en #CABA.



