
«The Equalizer» (El Justiciero): V de Vigilante
«The Equalizer» es lo nuevo del prestigioso Antoine Fuqua, un director que hizo títulos importantes (sino viste «Training Day», corré a alquilarla), pero que en este tiempo, sigue girando sobre temáticas con estructuras previsibles donde desfilan militares, policías, criminales con alto poder de fuego, hombres sencillos pero de conductas heroicas y escenarios dignos de grandes contiendas («Olympus has fallen, «Shooter»,»Brooklyn finest» y más lejos, «Tears of the sun»).
El tema es que esta predilección de Fucqua lo lleva a explorar ideas que ya fueron muy recorridas, y lo que es peor, transita por lugares convencionales donde nada sorprende. Sus últimas cintas son correctas desde lo técnico, pero carecen de fibra y emoción, elemento que viene ausentandose en sus enfoques. Eso sucede en «El Justiciero», nuevamente después de más de una década con Denzel Washington, lejana remake de un programa televisivo de los 80 que tenía a Edward Woodward como figura estelar.
A ver, Washington es un imán para el público y de ese artilugio se vale Fucqua para invitarnos a transitar una historia donde un ex-agente de la CIA, Robert Mc Call, deja su rutina esquemática y solitaria de aislamiento (se ve que el hombre ha sufrido y está lidiando con alejarse de la violencia como medio de expresión) al conocer a Teri (Chloë Grace Moretz), una chica que ejerce la prostitución para unos mafiosos rusos muy pesados que sólo traerán problemas…
La cuestión es que Mc Call será testigo de algo que no le gustará y a partir de ahí iniciará un furibundo raid de aniquilación de aquellos que osan molestar a los débiles, pobres y oprimidos. No, no es broma. Así lo verán protegiendo no sólo a Teri, sino a la cajera del Home Mart donde trabaja o a su amigo que quiere ser guardia de seguridad del mismo lugar.
Casi como en un manifiesto político, luego de «activarse», se ocupará de enfrentar a los malos y hacerlos pagar por su decisión de no hacer lo que deben hacer: ser ciudadanos ordenados, respetuosos y honestos. Mc Call recorre la trama, marcando lo que cada uno debe hacer para mejorar como persona y alcanzar sus metas. Claro, el tema es que lo dice un hombre capaz de asesinar a los 5 criminales top de la mafia rusa de la cosa este en…19 segundos? Hay en el guión de «The Equalizer» algunas cuestiones que alarman por su simpleza.
Como los protagonistas casi no expresan emociones (el jefe de los verdugos también es el ejemplo extremo de esta línea), los hechos son una sucesión fría e impersonal de matanzas rodadas con estilo y clase. Fucqua equivoca aleccionarnos desde un perfil tan extraño.
Sin embargo, si les gusta la acción y en particular, Denzel Washington, «El Justiciero» tiene algo para ofrecerles. Quizás sea sólo un exponente más del nutrido género de acción , pero no deja de ser una realización bien filmada. Si en la taquilla va bien, probablemente estemos frente al nacimiento de una nueva saga. Parece que los vigilantes y héroes maduros (al estilo Liam Nesson) tienen mucho mercado para seguir ampliando su llegada.
Anexo de Crítica por Rolando Gallego
La adaptación de la serie televisiva “The Equalizer” (1985/1989), encuentra en Antoine Fuqua la habilidad para trasponer y actualizar una historia universal en la que, un ex agente de la CIA (Denzel Washington), asume el papel de protector y vengador de una prostituta adolescente (Chloe Grace Moretz) que sólo quiere triunfar en el mundo de la música y que dice basta al maltrato y la violencia que los clientes ejercen sobre ella.
“El justiciero” (USA, 2014) se erige como un thriller en el que el suspenso y la tensión potencian una historia ya vista, y que pese a esto, profundiza sobre un hombre gris y de personalidad apocada (Washington), dedicado a sus asuntos y, principalmente, a ayudar a los demás, pero en el que la venganza y el suspenso aumenta según vayamos conociendo al personaje principal (la película es él).
Empleado en una tienda departamental, Mc Call (Washington), divide sus días entre la rutina laboral, a la que ama, y todas las noches asiste a un pequeño restaurante a leer uno de sus libros preferidos mientras degusta una taza de té, que ni siquiera compra allí. Alina/Teri (Moretz), la prostituta, encuentra en él una persona con la que puede conversar y alguien que finalmente se interesa por ella, más, allá del mero momento pago que pueden llegar a tener bajo las sábanas.
Cuando Mc Call advierte que Alina/Teri deja de asistir al restaurante, comenzará a indagar sobre qué pasó con ella y se topará con una realidad que lo supera, la joven está involucrada en una red de trata de blancas internacional y tratará de sacarla de la misma. Fuqua aprovecha la potencia de Washington y su entrega para desarrollar la historia de este justiciero que encuentra en referentes directos como “El vengador Anónimo” u “Oldboy” la clara fuente de inspiración para algunas escenas.
Ayudando a los demás con consejos y frases contundentes, Mc Call encuentra su razón diaria de existir, y además puede así, de alguna manera, reflotar algo interno que deseaba mantener oculto y alejado de un presente repleto de obsesiones y tocs.
Cuando el protagonista asume su parte en el plan para poder vengar a Teri/Alina, Fuqua comienza a utilizar los ralentíes, zoom in’s y out’s, como así también los planos detalles, para enfatizar alguna acción que terminará en el espiral de violencia general en el que se introducirá Mc Call, y justamente estos recursos dotarán de una atmósfera nostálgica al discurso.
“El Justiciero” es una película que apuesta por un relato digresivo y lento principalmente para potenciar la idea de amenaza que ronda toda la narración. La sombra del pasado y algo que no se dice hasta la aceptación del personaje principal de asumir su necesario rol en la historia, es el principal aporte de esta puesta al día de la serie televisiva.
Washington deslumbra una vez más como este justiciero que entre las sombras actúa solapadamente para poder cumplir con la necesaria toma de partido por los más débiles en una historia que parece escrita principalmente para el más allá de su antecedente en la TV.