
«Four Weddings & a Funeral»(Cuatro Bodas y un Funeral): cuando la tradición pesa sobre los hombros
Cuando uno habla de clásico siempre piensa en un tipo de cine que sucedió en Estados Unidos y en 1950/60s, según el autor, se terminó cuando ingresaron las filmografías europeas y se descubrió el cine oriental.
Ahora bien, cuando uno dice “¿No la viste? ¡Pero si es un clásico!” apunta no sólo a esa producción de ese determinado tiempo, sino a esas películas que las vimos, una, mil veces, que repetimos los diálogos de memoria y que ya son parte de nuestro imaginario fílmico colectivo.
Eso es “4 bodas y un funeral” y esas serán muchas otras de las que veamos en esta sección. Me acuerdo que la primera vez que vi esta comedia era muy chica y no terminé de percibí su genialidad.
Pero había cosas que sí comprendí: que cuando llega la persona no siempre hay una forma correcta o incorrecta de hacer las cosas y que una familia de amigos puede ser el grupo de referencia más grande de tu vida. Con el correr de los años entendí lo que querían contar de la tradición y lo que es que en determinado momento de tu vida, parece que si no te casás estás perdiendo el tiempo y que todos los eventos se transforman en un arca porque la gente va de a dos.
En esta maravillosa comedia, plagada de muy buenos gags y de sutilezas, se presenta el romance por sobre todo, la amistad, la búsqueda de sus propias reglas, estén bajo el amparo de la sociedad o del supuesto tabú, siempre estructurada en los cuatro casamientos que unen al mismo grupo de personas y el funeral que despide a uno de ellos.
Como si todo lo demás fallara, los personajes son de lo más cercanos porque tenemos a la eterna mejor amiga, a la hermana freak, al payaso del grupo (que en este caso se dedica a torturar americanos), el lindo que se convierte en un monógamo serial porque nunca parece querer comprometerse, el que todos toman de punto y dos que parecen outsiders pero son los más fieles y los que mejor aconsejan.
Me encanta esa idea de que nada de eso parece normal, pero funciona y que lo que supuestamente es normal, acá suena terriblemente anormal. No es «normal» conocer a la persona de tus sueños y casarse, eso no pasa seguido ni todos los días.
Como tampoco lo es estar dispuesto a compartir tu vida con alguien por haber dejado tu nombre en un papel impreso. No cualquiera está en una encrucijada en su vida y elige imponer su personalidad y expectativas a las sociales.
Es esta, una película memorable; imprescindible en la vida de cualquier cinéfilo que se precie o todo espectador que disfrute del cine.