
«Edge of tomorrow» (Al filo del mañana): el loop de la vida
Hace ya un tiempo que se leen artículos castigando al nuevo cine diciendo que se enfoca tan poco en el contenido, que más que ser narrativo se vuelve al arte de feria. Soy una defensora no de los efectos, pero de entender que están aquí para quedarse.
Simplemente no quiero terminar mirando un montón de pantallas verdes o azules porque el contenido es nulo. Hay veces que funciona: Gravedad no tenía el argumento más complejo, pero lograba construir un ambiente, un cine de “clima” si se quiere, que hacía que los efectos fueran funcionales a la historia y no un conjunto de estímulos.
Pero esto no tiene nada de gravedad, excepto que a los primeros 20 minutos cae y es imposible remontarla.
Basada en una historia trillada sin ni una vuelta de tuerca nos encontramos con Cage, un soberbio mayor del ejército que lo único que hace es juntar voluntarios para la guerra contra los extraterrestres pero que jamás piensa en ver esta cuestión realmente cara a cara hasta que un general decide enviarlo.
En el trayecto se encuentra con la muerte en forma de unos aliens robóticos arácnidos pero que en realidad son organismos, que cuando los mata se mete dentro de su sistema ¿Cómo? Controlando el tiempo. De esta manera Cage (Cruise) tiene que encontrar la forma de detenerlos, entonces vuelve a vivir una y otra vez la misma batalla (sin tener la genialidad del Día de la Marmota), con una lógica de videojuegos en la que él aprende de sí mismo (sin ser Corre Lola Corre), en entornos generados por software y estudio, sin una pisca de gracia de locaciones (o sea, aniquilando el buen cine), simulando un nuevo Desembarco de Normandía, pero esta vez los nazis son xenoformes.
Las actuaciones realmente dejan mucho que desear. Siendo que todos tienen que actuar y responder exactamente lo mismo, el único que aparentemente cambia de actitud es Tom Cruise, pero no sólo estamos un poco pasados del cuarto de hora para hacer del pobre hombre de oficina a aguerrido soldado, sino que no tiene nada con qué sostenerse.
Blunt es una sargento con pocas expresiones, pocas ganas de hablar y una terrible combinación de primero y segundo nombre que no sabemos si queremos que viva después de los primeros diez minutos.
La verdad es que me cuesta entenderlo. La película está a cargo de Doug Liman, el mismo que dirigió “Identidad Desconocida” y el guionista es Christopher McQuarrie, el mismo de “Los sospechosos de siempre” en un largometraje que de verdad parecería amateur si no tuviera tanto dinero en efectos.
El film, entonces, termina siendo una serie de efectos de sonido robóticos (porque nunca nos imaginamos que las armaduras robóticas pueden sonar así) y un exceso del 3D (claro que con esto la cosas sólo pueden explotar hacia el espectador) y unas ciudades apocalípticas que poco tienen de creativo. Lo único que está al filo del mañana es la imaginación. Para este caso, muerta.
Anexo de crítica por Jessica Johanna
Un director de cine de acción y un actor que se destaca por el mismo género. Al filo del mañana parte desde un principio de una fórmula segura. Tom Cruise será o no querido por sus excentricidades, nos gustará o no su rostro bonito, lo consideraremos o no un actor talentoso, pero si hay un género donde sabe moverse con desenvoltura es en el cine de acción. Y Doug Liman es el director de “Bourne Identity” y “Mr. And Mrs. Smith”.
Pero «Al filo del mañana» es más que una película de acción. Es una película de extraterrestres, por momentos con mucho humor, pero que también, por el lugar donde transita su argumento principal, a veces puede rozar casi el tedio. Es que en Al filo del mañana, tras ser obligado a combatir, Cage (Cruise) mata a un extraterrestre con un extraño poder y a partir de allí cada vez que se muere (que no van a ser pocas, pues el peligro está a su alrededor constantemente) vuelve a despertar para revivir ese último día nuevamente. Pero además, el momento en que despierta es clave.
Justo después de obtener un exitoso reconocimiento es forzado (sí, el giro un poco también) a pelear en el campo de batalla, un lugar en el que un hombre como él, ordinario, al que ni siquiera le gusta la sangre, no está preparado en lo absoluto.
Si a eso le sumamos que vivimos en un mundo donde las armas que se utilizan son casi como robots, más bien extensiones del cuerpo humano, pero máquinas al fin, y este es un conocimiento que tampoco tiene, todo se convierte en una pesadilla para él. Hasta que un rostro conocido, una mujer, una guerrera, hace algo más que mirarlo desde un afiche o a su lado en el campo de batalla robándole la batería extra que tenía.
“Encuéntrame cuando despiertes”, le dice cuando nota por lo que él está pasando, y lo sabe porque a ella también le sucedió. Sí, es imposible no acordarse de “El Día de la Marmota”, aunque acá lo romántico casi no existe (bueno, ya habrá un momento para eso), y todo se reduce a la acción entre personas que ya son prácticamente máquinas y seres de otro planeta, en un estilo que rememora a la vez, los videojuegos.
La mujer de armas tomar es ni más ni menos que la británica Emily Blunt, que demostró que en el cine todo lo puede, pasando desde comedias románticas, a películas de época y luego a otras de acción o ciencia ficción. Es más que un rostro bello. Y si bien es bastante más joven que Cruise, la pareja no desentona, aunque nunca termina de convencernos.
Quizás porque es Cage el que se tiene que encargar día a día, como en la película “Como si fuera la primera vez” ya que estamos de referencias, de acercarse a ella. Mientras él ya le conoce cada movimiento, no porque sea un experto, sino que porque ya vivió cientos de veces la misma escena, lo mismo que sucede con su progreso en la guerra, para ella es siempre un desconocido al que sabe que todavía no conoció, si es que eso tiene sentido.
“Lo que te voy a decir suena loco. Pero a medida que continúe va a sonar cada vez más racional”. Cruise está más que seguro de sí mismo e impregna esa confianza cada vez con mayor medida en el personaje que le toca interpretar entre tanta muerte y despertar siguiente. Con algunos altibajos y un 3d apenas aprovechables, el film pone en el centro a Cruise y lo deja hacer lo que mejor sabe hacer, correr, disparar, y regalarnos una sonrisa compradora. El lugar a donde nos lleva la trama, aquel al que hay que llegar para resolver la película, es lo menos interesante del film. Todo sucede rápido, de manera poco creíble, casi como un modo apresurado de resolverla. Pero en el medio hay mucha acción, algo de humor y mucho Tom Cruise, le pese a quien le pese.