
«Mi mejor escena»: Un mapa del cine argentino

El director de Carlos Monzón, el segundo juicio y Campo de sangre, Gabriel Arbós reúne a otros diez directores y directoras de cine para mostrar diferentes maneras de encarar una escena pero sobre todo para celebrar al cine argentino y su variedad y capacidad de contar historias.
En tiempos donde el cine argentino suele ser vapuleado desde el propio gobierno y se replica en masas que repiten como loros las mismas líneas, se torna imprescindible tomar una posición. Entonces una se arma de paciencia y se encuentra repitiendo que no, que el cine no le saca plata a los niños del Chaco, y que sí, que brinda trabajo a un montón de familias (no solo actores y directores, quizás los rostros y nombres más visibles pero basta sentarse a leer los interminables créditos de las películas para entender que una película se hace de manera colectiva gracias al trabajo de cientos de personas). Que el INCAA es un ente que se autofinancia y que los impuestos que sigue recaudando desde las entradas al cine, que además han aumentado notoriamente, deberían dirigirse a promover, fomentar, fortalecer y regular la producción audiovisual pero nada de eso está sucediendo por lo que es necesario preguntarse a dónde va ese dinero que no financia nuevas películas, que dejó de ir hacia decenas de familias que se quedaron sin trabajo, que ya no llega a festivales de distintos puntos del país, etc.
Arbós con este documental se decide a refutar esa idea de que el cine argentino es aburrido y todo igual, un pensamiento de todos modos bastante pobre que solo demostraría que quien lo enuncia evidentemente no ve cine argentino (ver las dos o tres películas más taquilleras del año y con los mismos actores como protagonistas no cuenta como ver cine argentino, aunque también es cierto que faltan medidas que ayuden a promover, dar a conocer películas que pertenecen a círculos específicos y muchas veces no tienen mayor alcance porque la gente promedio ni se entera de su existencia). Para eso reúne a nombres de talla, diez realizadores que han hecho una gran cantidad de películas notables y muy distintas entre sí, que se mueven entre la ficción y el documental, que pueden estar basados en un libro o en un hecho real, que pueden ser una comedia, un drama o hasta una de terror. Una guía, un mapa orientativo.

Los directores que tienen la ardua tarea de elegir la que consideran la mejor escena de su filmografía y para eso se sientan esta vez frente a cámara son: Juan José Campanella, Albertina Carri, Miguel Cohan, Carmen Guarini, Alberto Lecchi, Néstor Montalbano, Lorena Muñoz, Juan Bautista Stagnaro, Demian Rugna y Marcelo Piñeyro. Cada uno de ellos elige una escena de su filmografía y habla sobre ella, sobre cómo la compuso, la desarrolló y al mismo tiempo la conversación abre a otros temas que van surgiendo. La premisa es similar a la fallida serie de HBO. One Perfect Shot, de la cual era rescatable quizás solamente el episodio con Michael Mann.
Es muy interesante ser testigo de cómo cada uno aborda el cine a su manera. Quizás entre los testimonios más interesantes se encuentren las directores Lorena Muñoz, con la creación de un plano secuencia en Gilda que está construido con mucha minuciosidad, Carmen Guarini, que al ser documentalista aporta una manera distinta de ver y armar una escena, Albertina Carri, que juega entre la ficción y lo real desde un lado muy personal y al mismo tiempo significativo para cualquier argentino.
Escuchar y ser testigo de cómo el a veces ninguneado género de terror puede ser posible, palpable y logrado de una manera impresionante en el cine nacional como lo fue con el suceso Cuando acecha la maldad, o entender el modo en que Montalbano piensa sus comedias delirantes, esta vez con una de época que se siente muy argentina en cada aspecto, son algunos de los momentos más curiosos. Toda una galería de modos de narrar cine y de historias por contar.

La manera en que se llevan las entrevistas no es tan inspirada desde lo visual o formal. Un living y una entrevistadora que pregunta, como si fuese un programa de televisión de esos que ya casi no se ven, anticuado, o los extras de un dvd solo para fanáticos. Sí se permite acceder a las escenas en cuestión, algunas un poco largas pero que de todos modos sirve para entender mejor aquello que luego cada director expresará sobre su construcción. Esto funciona si por ejemplo no se vio algunas de las películas en cuestión y es un detalle clave ya que el documental escrito y dirigido por Arbós es ante todo una invitación a ver cine argentino. Porque si bien será particularmente interesante para aquellas personas interesadas en cómo se hace y se piensa el cine, la película pretende llegar a cualquier argentino interesado en conocer o profundizar en nuestro cine. No se pretende ser teórico ni narrar la historia del cine, simplemente entender cómo se hace y se piensa el cine hoy, con el trabajo de directores activos, con una carrera por detrás pero todavía bastante por delante también.
Después el hilo que une las entrevistas está ficcionalizado y protagonizado por las actrices Malena Di Módica y Carola Arbós, que interpretan a la entrevistadora y a la asistenta respectivamente. Si bien al principio las escenas de ellas antes de cada entrevista parecen no sumar mucho, con el tiempo van dejando en evidencia la historia que cuentan: las dificultades para terminar la película, lo rápido que se agotan los recursos y cómo a la larga todo depende de seguir adelante pese a todo.
Modesto, amoroso, didáctico y a lo último directo y sin vueltas, la función de Arbós con esta película es clarísima: reivindicar el cine argentino, que no te vendan humo. Y te lo dice él al final mirando a la cámara, como para que quede bien clara su postura ante la situación crítica que estamos atravesando. Una decisión que podría resultar algo innecesaria en otro momento del país pero que ahora, cuando parece que más que nunca las cosas tienen que venir directas y literales para que la mayoría las comprenda, para que no queden dudas ayudan a remarcar desde dónde decidimos pararnos.