«La planéte sauvage» (Planeta Salvaje): la humanidad no lo es todo

El Planeta Salvaje es una obra cinematográfica de animación rescatada por la tecnología; es casi como si los Oms, humanoides llamados así en la peli, hubieran llegado desde el Parque del planeta Ygam, donde se refugian de los Draags, y hubieran intervenido para esta tarea.

Sin embargo, la anterior es una visión poética porque la realidad es que el creador de esta maravilla del séptimo arte es obra del humano director francés René Laloux el premio especial del Festival de Cannes en 1973 estando también nominada para el premio máximo, la Palma de Oro.

Una frase sobre el cine da pistas sobre su opinión sobre cómo debería filmarse: «Lo que es sugerido es superior a lo que se muestra. Las películas actuales muestran cada vez más y más. Es un cine dictador-paranoico. Lo que necesitamos es un cine esquizofrénico».
Laloux se sirvió de la novela de Stefan Wul, «Oms en série» donde los Draags, gigantes azules con ojos colorados y branquias, tienen a los Oms -humanoides pequeños frente a la talla de los alienígenas -, como juguetes, para divertirse.

Hay Oms domesticados o de lujo y otros que viven en estado salvaje, ocultándose donde pueden de las desomizaciones, el control de la población como desinfección.

Uno de esos humanoides es Terr que narra su propia historia que se desarrolla en paisajes inspirados en cuadros de Dalí llenos de amenazas. Terr es rescatado cuando su madre quiere escapar de los juegos de los azules que resultan mortales para los Oms.

La salvadora es una niña Draag que toma lecciones por medio de un dispositivo especial. Un error hará que Terr se convierta en un eslabón inesperado entre civilizaciones y que le permitirá ir más allá del cajón de juguetes de Tiwa, su cuidadora.

El abordaje de temas como la libertad, el control, la esclavitud, su relación con el conocimiento y la superstición además de los prejuicios hacen más interesante el contenido; el espectador queda atrapado en cada escena descubriendo como Terr los límites y las fortalezas de las especies en Ygam y en su satélite, el Planeta Salvaje del título.

Una gran opción de culto para descubrir en la ansiada vuelta a los cines.

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