«Julio, felices por siempre»: El amor es todo lo que necesitas

Dirigida y escrita por Juan Manuel Solé, «Julio, felices por siempre» es una comedia romántica uruguaya que tiene en su centro a un joven con grandes ilusiones de amar y ser amado.

Chepe Irisity da vida a Julio, un joven que ahora vive aislado en una comunidad y cuenta con varios fracasos amorosos a cuesta. La narración hace un breve repaso por dos de ellos, una novia que lo engañaba y otra con la que se sentía aburrido. Pero también hubo otra, una historia que lo marcó de una manera especial, distinta.

Mientras trabaja como guía en Colonia de Sacramento, una ciudad que acá suele estar asociada de manera casi mítica a las separaciones de pareja, Julio conoce a una norteamericana, Claire (Daryna Butryk, vista recientemente en la serie El amor después del amor), con la cual vive una historia que parece de película: toda una tarde recorriendo las bellas calles de piedra de la ciudad histórica y luego una relación que prospera a la distancia y que tienen que trabajar duro para mantener a flote. Los dos saben y entienden que hay algo especial entre ellos dos y por eso, si uno no puede viajar, será la otra persona. En el medio, enredos varios convierten a «Julio, felices por siempre» en una divertida película, con personajes excéntricos, situaciones absurdas e inesperadas y hasta un musical en el medio (en su estilo tiene varios puntos en común con la película norteamericana 500 días con ella). Una producción modesta pero notable.

Es que Julio es de la generación que se crio a base de Disney pero también es hijo de separados. Chepe Irisity da así vida a un joven risueño, entusiasta y entrañable. Junto a Daryna Butryk tienen buena química (algo imprescindible en toda película romántica) y logran destacar sus escenas compartidas, las más graciosas pero también aquellas en las que se pone seria la vida. Además, el ser uno uruguayo y la otra norteamericana da pie a temas de idiosincrasias y diferencias culturales que no resultan forzadas como por ejemplo en alguna otra producción que se encuentra actualmente en cartelera.

A sus alrededores también van desfilando varios personajes coloridos que aportan sus buenas dosis de humor. La escena de la abuela bolchevique es una de las que mayor y mejor impacto generan al respecto. También se cuela algún momento onírico con Blancanieves.

En fin, estamos ante una divertida e ingeniosa comedia romántica. Como todo hijo de padres divorciados y de Disney, hay ganas de ilusionarse y creer en el amor para toda la vida pero también una realidad que no le resta épica de todos modos a lo que se puede sentir por otra persona, a la importancia de ciertos vínculos para la historia de vida de uno, más allá de que los finales no sean de cuento de hadas.

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