La película comienza con la muerte de Jesús López, un joven piloto de carreras que fallece en un accidente en su moto. Su ausencia marca a todo el pueblo. Y en ese pueblo está también Abel, un adolescente primo de Jesús que de a poco empieza a ocupar sus lugares, a relacionarse con la gente que él se relacionaba, a pasar tiempo con su familia, a acercarse a su novia, a su perro, y finalmente a manejar su auto. Hasta el punto de convertirse en él y traerlo de vuelta para que el espíritu que se fue enojado pueda encontrar la paz. Un juego de espejos, a los que el psicoanalista Otto Rank relaciona con la idea del doble: «El pensamiento de la muerte resulta soportable cuando uno se asegura una segunda vida después de ésta, como doble.»