
«Hacia afuera blanco»: Todo lo que no se dice

El nuevo largometraje de la directora y fotógrafa Sofía Ungar (Shalom Bombón) es un intento por revelar y pensar en esa parte de la historia de su familia, y del país, de la que no se habla, que permanece en el pasado y amenaza con quedarse allí a falta de alguien que la cuente.
«Esto es un acto de fe. No quiero convertirte en icono. La búsqueda de la historia del pasado es la búsqueda de uno mismo. Una parte tuya vive en mí.», es la leyenda que la directora inscribe al principio de la película, y que a lo largo de ella irá completando.
Sofía Ungar propone hacer una película sobre la post dictadura. Para eso necesita la aprobación de su padre, porque por supuesto se trata de un documental, de la historia de su familia, más específicamente su tía Choli, de quien de a poco se irá hablando un poco más. Una ausencia que de manera lenta va queriendo convertirse en presencia.
Su padre vive en una casa sobre el río, en el Delta, y allí pasarán un buen tiempo, entre el silencio que en realidad es el sonido del río, de las copas de los árboles movidas por el viento, del pasto, sonidos libres de la contaminación sonora de la ciudad; hay acá un trabajo técnico muy cuidado. Un entorno que plantea quietud y relajación pero también resulta algo misterioso.
Un hombre que no quiere y no espera abrirse y a quien ella acompaña en actividades y conversaciones cotidianas que de a poco va moviendo hacia las preguntas que quiere y necesita hacer. Con paciencia, dando tiempo al tiempo.
Hacia afuera blanco está compuesto mayormente de planos estáticos y largos. El uso de la luz y de los reflejos (en una ventana, en el agua) resulta más que una cuestión estética. Lo imprime de significado y emociones. Se nota la profesión de la directora, que es sobre todo fotógrafa, porque en una imagen es capaz de expresar mucho.
Pero el corazón radica en el acercamiento a la historia de su familia, y a la importancia de esas historias que pasan de generación en generación, para que no se pierdan. Pero aparece también la inquietud, el no poder entender: ¿Cómo hacés para no querer vengarte?, le pregunta ella. Comprender y comprenderse, a lo mejor de todo eso se trata.
De menos a más, un documental bello y potente sobre lo no dicho y sobre la herencia.
