«Freakier Friday» (Otro viernes de locos): Ponerse en sus zapatos

Don’t wanna grow up
I wanna get out
Hey take me away
I wanna shout out
Take me away, take me away

La directora Nisha Ganatra es la encargada de traernos tras veintidós años la secuela de una película ya icónica de los 2000s tempranos. Freakier Friday además marca el regreso al cine de esa ídola teen que supo ser Lindsay Lohan tras protagonizar algunas películas medio pelo para Netflix.

En una época cargada de secuelas, remakes, reboots, spinoffs… no sorprende que el público y los estudios hayan encontrado un nicho en reunir elencos de películas que en su momento quizás no imaginábamos que se tornarían tan permanentes en el imaginario popular (otro ejemplo de esto es la fiebre que ya genera el rodaje de la secuela de The Devil wears Prada). Freakier Friday tiene a favor que pasó su buen tiempo y eso no solo le permite reunir a actrices como Lohan y Jamie Lee Curtis sino traer una nueva generación de personajes y actrices.

Ganatra elige mayormente la mirada de quienes rondamos la edad de Anna (Lohan), es decir las millenials que vimos en nuestra adolescencia la película y nos identificábamos con esa rebeldía tan propia e inevitable de la edad, quienes pasamos aquellos años -y aún lo hacemos- escuchando a las Spice Girls o a Britney Spears. Pero allí también está lo que le pasa a una mujer que es abuela y cuyo cuerpo ya tiene achaques con los que su espíritu no se siente identificada. Y por supuesto la llamada Generación Z, las actuales adolescentes rebeldes.

La premisa es la misma de aquella del 2003 dirigida por Mark Waters y la novela de Mary Rodgers en la cual estaba basada /y que ya había tenido un par de adaptaciones, una para el cine en 1976 y una para la tv en 1995), pero multiplicada. Harper es la hija que Anna tuvo como madre soltera, con ayuda de su incondicional madre. Hoy ella lidia con las emociones y enojos que le genera el incipiente matrimonio de su madre con Eric (Manny Jacinto), un chef inglés, amable y apuesto que además tiene una hija de su edad que se la pasa fanfarroneando sobre su vida en Europa. En la despedida de soltera, una vidente (o algo así, excéntrico personaje interpretado por Vanessa Bayer) les hace una especie de hechizo y a la mañana siguiente ninguna de las cuatro amanecerá dentro de su cuerpo.

Las adultas Anna y su madre Tess tomarán el cuerpo de las adolescentes y viceversa. Harper y Lily, la enemiga a la cual tendrá que acercarse para lograr su cometido, deciden aprovechar sus roles de adultas para vapulear el inminente casamiento y a la pareja. Como es de esperar, toda esta alocada travesía hará que puedan conocerse y entenderse mejor, no solo entre ellas sino también a sí mismas. La noción de familia y la importancia de tal prevalece como centro.

La película está llena de referencias a su original y es un gran acierto que haya logrado reunir a todo el elenco y volver a ver a Chad Michael Murray, Mark Harmon y demás, algunos meros cameos. Pero también hay escenas que se espejan entre sí, ya sea desde lo visual, lo dramático o lo musical incluso. Y hasta marca el regreso de Pink Slip, la banda ficticia liderada por Anna.

Sin embargo el corazón está en sus dos protagonistas que, al igual que en aquella, se entregan a la película de una manera tan convincente que no solo logran hacernos ver sus cambios de espíritu o alma, sino que se divierten haciéndolo y eso se transmite -y se puede confirmar en los bloopers de rodaje que aparecen durante los créditos finales. Jamie Lee Curtis no se cansa de demostrar que es una actriz que todo lo puede y Lindsay Lohan confirma que ha crecido mucho en lo actoral. Las jóvenes Julia Butters (la niña protagonista de una de las mejores escenas de Once Upon a Time in Hollywood de Tarantino) y Sophia Hammons no desentonan.

Así como recientemente Naked Gun nos trasladó a ese humor absurdo y particular que impregnó la saga alrededor de principio de los 90s, Freakier Friday hace lo propio con aquel humor adolescente y familiar de principios de los 2000s. Como mencionaba antes, que haya pasado tanto tiempo entre las originales y estas ayuda a traerlas de un modo que sea nuevo y nostálgico a la vez, a diferencia de tanta secuela que tras el efímero éxito de la original se confirma y así, on and on and on.

Freakier Friday es una película fresca y divertida, algo más rebuscada, vertiginosa e histriónica en sus enredos que su predecesora pero con el mismo espíritu juvenil y familiar. Si les gustó la original difícilmente no les guste esta: tiene todo lo que esperábamos y eso ya es más que suficiente.

A la ya conocida idea de ponerse en el lugar del otro para comprenderlo (y de paso entendernos mejor a nosotras mismas) se le suma una nueva reflexión: la noción de pertenecer. Porque si bien a veces nos sentimos un poco perdidas puede ser que al final nuestro lugar sea este mismo en el que ya nos encontramos, el que tenemos bajo nuestros pies, pero nos faltaba una perspectiva externa para darnos cuenta.

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