
La primera parte de «Dune» llegó cuando los cines estaban saliendo de la segunda ola del Covid. Fue uno de los grandes títulos del 2021 y su suerte en la taquilla fue aceptable, más teniendo en cuenta que en ese momento las salas de todo el mundo comenzaban a abrir completamente sus espacios (sin limitaciones). Lo primero que me impresionó aquella vez, fue la buena respuesta del público teniendo en cuenta su extensión y los tiempos narrativos que craneó Denis Villenueve para esta saga… Los espectadores los aceptaron y obviamente se quedaron con ganas de más… (debo confesar que a mi esa lejana primera parte, me pareció lenta).
Indudablemente su inicio, se asemejaba mucho a una presentación del universo y lo mejor debería venir luego de establecidas todas las piezas del tablero… Así fue.
Creo que nadie puede negar que esta segunda parte es completa, intensa, pero fundamentalmente inmersiva. No me pasa que me encuentro respirando un universo como sucede en esta peli. Su estética, la profundidad de los conflictos y los brillantes aspectos técnicos muestran que estamos frente a una gran propuesta.
Para quienes no la recuerden, ésta es la historia de Paul Atreides (Timothée Chalamet), un joven que ha llegado para despertar la esperanza de los pueblos del desierto de Arrakis para liderar una lucha sin cuartel contra el imperio que domina y subyuga pueblos y planetas enteros (¿les suena Luke Skywalker?).
Arrakis y su gente, conectan con universos conocidos y transitados a lo largo de varias décadas («Star Wars», «Lord of the Rings» y más) y la naturaleza del conflicto parece ser inspirada en ellos. Pero lo que sí es cierto es que Villenueve expande este mundo con una enorme perspectiva y trabajo visual. Él parece convencido de que debe deslumbrar desde allí y toda su película refleja ese respeto por la belleza de la naturaleza que presenta: tonos dorados y rojizos, una atmósfera intensa pero áspera, que da el marco perfecto para la historia que presenta. Sabe que su obra será vinculada con los clásicos, pero parece no importarle demasiado.
La trama se va intensificando porque Paul no es un líder natural. Va construyendo ese rol a través de situaciones que la cinta presenta con claridad: su ascenso se construye sorteando intrigas políticas, aspiraciones militares y tomando decisiones difíciles. En sí, el protagonista todo el tiempo exhibe sus dudas en referencia al manejo del poder, el respeto por la fe y la decisión del sacrificio, lo que le da a la cinta cierto vuelo dramático que le sienta bien.
Chalamet es un actorazo y se roba todas las escenas. Logra una centralidad hipnótica. Zendaya (Chani), su alter ego y amada, le da humanidad a su rol femenino, resguardando escenas emotivas y vibrantes. El resto del cast pone el cuerpo logrando puntos alto dentro de un ejército de grandes interpretaciones: Javier Bardem, Josh Brolin, Florence Pugh, Stellan Skarsgard, Rebecca Fergusson… sin fisuras las figuras haciendo su aporte esperado.
En definitiva, esta parte 2, permite que el juego comience y que cada pieza desarrolle vida propia en relación con la batalla que tendrá lugar una vez que ciertos límites hayan sido traspados. Ahí, los aspectos técnicos y la OST, harán el resto. El film respira heroismo, aventura y desafío. Esos aciertos dan resultados formidables.
Debo reconocer que «Dune 2» superó mis expectativas y a pesar de su extensión, el público la disfruta de principio a fin. Y por supuesto, se queda con ganas de más. Habrá que ver que plantean los estudios para responder a tales demandas…
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Rodrigo Chavero
Periodista, docente y redactor de contenidos. Amo el cine y no hay mejor plan que ver películas.
Coordino Espectador Web desde 2011 y en mis redes hay mucho material de cine, teatro y espectáculos en #CABA.