
«Captain America: a brave new world (Un nuevo mundo): la hora de Sam
By Rodrigo Chavero 7 meses ago«Captain America: A Brave New World» marca el regreso de Sam Wilson (Anthony Mackie) como el nuevo Capitán América, tras tomar el escudo y el legado de Steve Rogers en «The Falcon and the Winter Soldier». Pero es algo más que eso: es el inicio de un nuevo enfoque de Marvel para volver a ganar audiencia como en las cintas previas a «Avengers: Endgame», donde el estudio facturaba exponencialmente. Ahora se busca recomponer el interés por el MCU y ganar atención con alguna idea innvoadora, reduciendo los lanzamientos y consolidando nuevos nombres.
Primero debemos decir que Julius Onah («The Cloverfield Paradox»), el hombre detrás de las cámaras, se sumerge en un mundo post-Blip, donde las tensiones geopolíticas y las divisiones sociales han alcanzado un punto crítico. Bah, más o menos como en la actualidad. Y sin blip!
La trama sigue a Sam Wilson (Anthony Mackie) mientras intenta equilibrar su papel como símbolo de «esperanza global» y su lucha interna y emocional, por afirmarse en un rol que siente le queda grande y llevar adelante una menuda tarea: llevar algo de justicia a un mundo cada vez más polarizado y frágil, donde los gobiernos corruptos se hacen un festín con los derechos civiles. En los comics, este Capitán América tiene un tinte más enfocado en lo racial, pero no es lo que veremos en la cinta en cuestión, Sam está enfocado en ser un héroe íntegro y su tono es más bien neutro en relación al tema.
El conflicto principal gira en torno a la aparición de una aparente conspiración para desestabilizar al presidente de los Estados Unidos, quien busca generar un acuerdo internacional para una equitativa repartija del metal Adamantium, que es de gran poder y ha aparecido después de ser encontrado en una isla, luego de eventos pasados.
Este material tiene capacidades excepcionales y es un recurso que pretende ser usado para la paz por Thaddeus «Thunderbolt» Ross (Harrison Ford, en un giro de casting sorprendente, reemplazando al fallecido William Hurt en su rol muchos años atrás), quien debe lidiar con las consecuencias de sus decisiones políticas y su relación conflictiva con los superhéroes. Hace tiempo, fue el hombre que dio la orden para atacar sin cuartel a Hulk y responsable de su persecusión. En este presente realizó una buena campaña electoral y con todos los problemas que hubo después de las grandes batallas alienígenas de los Avengers, Estados Unidos busca su reconstrucción como polo de poder y lo ha elegido para conducir la nación.
Increíble Ford, que a sus ochenta y pico de años, le de para encarar este tipo de películas. Lo hace con oficio, bien.
Sabemos que en el pasado, Ross no se bancaba a los Avengers y por eso, cuando el presidente invita a Sam, todos teníamos la sospecha de que algo malo iba a pasar…
Y en dos pasos, hay un atentado en la Casa Blanca y a partir de ahi, una investigación oficial y una paralela para desentrañar qué se esconde detrás de esto. Y habrá un par de villanos «menores» que traccionarán la conspiración.
El guión, escrito por Malcolm Spellman y Dalan Musson, combina momentos de acción espectacular (sobre todo aéreos) con reflexiones sobre la identidad, la justicia y el costo de ser un símbolo. No es que haya mucha profundidad en esos intercambios, no, pero…enmarcan un poco la trama.
Hay algunas cuestiones que potencialmente lucen interesantes (toda la cuestión del nuevo Falcón y su ansiedad para crecer como soldado, por ejemplo), pero ninguna es abordada con cierta profundidad. Los malos de esta película tampoco suman, no son lo que uno esperaba. Regresa alguien del pasado (Samuel Sterns muy bien resuelto por Tim Blake Nelson), a quien creíamos perdido en el MCU y también se suma, sin demasiada explicación, a un grosso de los cómics, «Sidewinder», llevado adelante por Giancarlo Esposito, con una acotada cantidad de minutos en pantalla.
Podemos anticipar que hay mucho interés en que nada equilibrado se firme y también que aires de venganza se ciernen sobre Ross y su gobierno. Todo comienza con un atentado en la Casa Blanca y luego continúa, conectando eventos actuales y pasados, que ordenan la historia para el espectador.
Quizás por eso, la trama a veces se siente sobrecargada, intenta equilibrar demasiados hilos narrativos (perdón que insista con esta idea), sin demasiado éxito. Creo que esta peli necesitaba un villano único, despiadado y sin moral. Como está planteada, no logra tensionar al público en ningún momento.
Supongo que eso sucede porque el MCU es hora bastante complejo y denso y hay cosas que hay que explicarlas y volver sobre ellas para que la audiencia no se pierda.
No me sorpendió en su conjunto. Estoy tentado de decir que a Mackie le falta carisma para tal desafío. Pero eso le sucede a todos los héroes de esta etapa del MCU. No dan la talla. Los viejos, le pasan el trapo. Falta todavía para que esta generación se afiance y tenga identidad propia.
La peli, en definitiva, luce modesta, a pesar de su importante presupuesto. No hay perfiles que confronten a gran nivel y eso resiente la trama. Si bien hay acción, no es una característica saliente del film. Siento que es una película de transición entre proyectos (conecta bastante con lo que viene) e intenta mostrar más sobre Sam, preparando la próxima escala de Marvel para 2026 y 2027 («Doomsday» y «Secret Wars», con Robert Downey Jr, nada menos!). Hay buenas intenciones, pero el resultado todavía no conforma al público general (seguramente sí, a los fans).
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Rodrigo Chavero
Periodista, docente y redactor de contenidos. Amo el cine y no hay mejor plan que ver películas.
Coordino Espectador Web desde 2011 y en mis redes hay mucho material de cine, teatro y espectáculos en #CABA.