“Bien de Familia”: Los hermanos cantores

Bienvenido un nuevo ladrillo en la construcción del cine de género argentino. La nobel directora María Eugenia Fontana (o Eugenia Fontana como se presenta en los créditos) suma un género más a esta construcción que viene afianzando nuestro cine en base a fórmulas establecidas y concretas.

Como bien lo aclara su subtítulo, Bien de familia es Una Película Musical. Pero no al estilo que nos tenía acostumbrado nuestro cine hace algunas décadas atrás y al que cada tanto se recurre, las llamadas “películas de cantantes”, films con alguna estrella musical en su centro y/o que interrumpen su narración para insertar un cuadro musical ad hoc.

"Bien de familia" es un musical hecho y derecho, en el que las canciones forman parte del argumento y se ensamblan en el ritmo ameno que la propuesta ofrece. Quizás lo más cercano que tengamos en nuestra tierra sea Miss Tacuarembo, aunque aquella se inclinaba por un clima de bizarrés deliberada que la alejaba de ser un basamento como sí puede ser esta propuesta.

El musical es un género al que se tiene más arraigado con la cultura hollywoodense, con las clásicas adaptaciones de las puestas de Broadway. Doble mérito para este proyecto de Fontana, nace todo de su idea original para la película, y no recurre ni siquiera a un neutro en las canciones, todo se ve y se siente local, aunque la fórmula provenga del afuera.

Tres hermanos; Marcos Cedrone (Eliseo Barrionuevo) regresa a su pueblo natal por el fallecimiento de su padre. Allí, se rencuentra con Vicky (Celeste Sanazi) y sobre todo con Olivia (Delfina Oyuela), sus dos hermanas a las que no ve desde que partió a Buenos Aires.

En el lugar hay clima de armonía quebrada, Olivia es controladora, severa y rigurosa con todos, pero en especial con su hermana Vicky, mucho más espiritual, inocente y alegre. La llegada de Marcos hará explotar una catarsis de sensaciones en Olivia que se muestra de todas formas menos contenta con el recién llegado.

Cada uno tiene sus historias paralelas, que tendrán que ver con el romance, los quehaceres, y las obligaciones; y a un elemento material que los une, un “trencito de la alegría”, perteneciente al padre, objeto preciado, que Marcos quiere vender y Olivia no, y Vicky…

Hay otros personajes circundantes, como el interés romántico de Marcos la dueña del vivero del pueblo; la tía de los chicos con algunas funciones místicas que delegará en la hermana menor; y el atolondrado enamorado de Vicky.

El argumento no es de los más complejos ni busca serlo. Es un marco para contar una sencilla historia de hermandad, amor familiar, superación personal, regreso al hogar, y algo de romance clásico. Pero el musical es así, y más en los trazos con los que pinta Fontana, de alegría y superación de la tristeza, haciéndonos recordar al entorno de Mamma Mía.

Quizás la aparición de esta película también se deba a un gran desarrollo en el ámbito musical local; quienes sean más adeptos a la materia, podrán encontrar varias caras reconocidas en el rubro.

Es innegable también algún legado en las series juveniles del estilo “Cris Morena”, sobre todo en la concepción de algunos cuadros cercanos al video clip; pero en todo caso mucho menos maniqueo, manipulador y sensiblero que las propuestas pergeñadas por la creadora de Chiquititas y Casi Ángeles.

El agregado de una locación rupestre, con buen uso de los exteriores y una paleta cromática acertada que juega con colores cálidos y mucha luminosidad, ayudan a cerrar más que positivamente una propuesta con mucho sabor local.

Bien de familia es simple, amena, y entradora. Como buen musical nos deja tarareando por horas después de verla, y tiene el plus de correr con varios riesgos que propuestas extranjeras similares no afrontaron, y salir de todos ellos de modo muy cómodo y triunfante. El musical llegó al cine argentino en esta carrera por hacer del cine de género local una marca instintiva, no queda más que celebrar, y en este caso, cantar.

Anexo de Crítica por Pluma Paz

El musical es un género poco explorado en la cinematografía argentina reciente y "Bien de Familia – Una Película Musical", lo toma como desafío o provocación en todo su desarrollo empezando por el título, por qué advertir que se trata de un musical.
 

Esto se convierte en podríamos decir una primera barrera para el público en general, que sienta curiosidad por ir a ver esta peli, y será, por ejemplo, del estilo "no me gustan los musicales", pero, ¡vamos!, cuántas veces vio "La Novicia Rebelde" y/o se prendió con "Esperanza Mia" en la tele. Acepto que no es lo mismo, y que vale el intento llevado adelante por su directora Eugenia Fontana en su ópera prima.

El tema de por sí es interesante sobre todo para aquellos que alguna vez en la Costa Atlántica paseamos en el "trencito de la Alegría", siempre con la presencia de un Hombre Araña o una Pantera Rosa, a.k.a. una gallinita, para animar el trayecto y ése era un trabajo formal. En el caso de este filme, el "trencito" es la herencia que ha dejado un papá a sus tres hijos. Parece que la relación entre los tres hermanos, el padre y el tren no era la mejor o al menos es que el padre no dejaba que saliera lo mejor de cada uno de sus hijos obsesionado por esa locomotora y sus vagones coronados por una gallina gigante. La atracción del pueblo.

Marcos, Olivia y Vicky vuelven a encontrarse en el velorio de su papá, la primera escena que es acompañada por los títulos. Marcos se fue de la casa para vivir en la gran ciudad, Vicky es la más chica y parece tener un don especial según su tía, que también fue alejada del hogar de los hermanos por ser un poco "brujita". Olivia es la más complicada, llena de miedos para enfrentar a la vida, el tren la tiene prisionera, quisiera que se lo llevaran pero es como una coraza que la protege al mismo tiempo.

Estas tres historias se irán desarrollando en los encuentros y desencuentros familiares y sociales de estos tres personajes. Ellos son los que entonarán las canciones que describen sus recuerdos y sus estados de ánimo.

Tiene momentos logrados pero no termina de cuajar en una narración limpia. Hay digresiones que confunden un poco al espectador pero que son salvadas sobre todo por las voces de los jóvenes intépretes Delfina Oyuela, Eliseo Barrionuevo y Celeste Sanazi, ellas también en su primera aparición en pantalla grande, no así Eliseo, que es el segundo largometraje en el que actúa.

"Bien de Familia" ya tuvo su incursión por tres festivales internacionales, una en Suiza, otroa en Guayaquil y la tercera en el Panorama Argentino del Festival de Mar del Plata.

Se estrena en el Centro Cultural de la Cooperación, una sala en el centro porteño, sobre la Avenida Corrientes, escenario apropiado para este experimento en donde un lo teatral llega a la pantalla y ambos se conjugan para presentarnos una historia de vida y donde la apuesta será por el futuro y la vida.

Es muy simpático el afiche de la peli, que retrata muy bien a los protagonistas.

Si están con ganas de ver algo distinto, yo le pondría algunas fichas y ojalá se pueda dar más oportunidades de pantallas a este cine más artesanal.

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