
#BAFICI24: Sara Facio: Haber estado ahí

En su nuevo documental, Cinthia Rajschmir retrata a la fotógrafa argentina que ha inmortalizado a una incontable cantidad de figuras de la cultura e incluso algunos de los momentos más importantes de Buenos Aires de las últimas décadas.
A diferencia de su película anterior, Cortázar & Antín: Cartas iluminadas, en Sara Facio: Haber estado ahí no hay demasiado intercambio ni testimonios por fuera de su protagonista. Sara Facio en primera persona, a través de visita a algunos lugares que fotografió o revisando los archivos de su trabajo, es quien se encarga de contar su propia historia. Rajschmir la observa, la escucha, la deja ser, fascinada como todos con la presencia de una mujer artista talentosa que ha logrado convertirse en una especie de leyenda en su rama.
La directora y coguionista entiende su rol de espectadora y no se anima a ir mucho más. Excusas no faltan: ella repasa sus inicios, sus encuentros con figuras como Borges o Pablo Neruda, sus publicaciones más exitosas, su presencia en momentos históricos como el funeral de Perón, y hasta su relación con María Elena Walsh, la que le termina de dar cierre a este retrato.
En este sentido, Sara Facio: Haber estado ahí se siente desde lo formal bastante menos inspirada que la película predecesora (donde sus fotografías ya aparecían). Aprovecha toda la presencia de una Sara Facio encantadora y lúcida, dispuesta a abrirse. Desde su costado más técnico con sus conocimientos de fotografía y sus opciones preferidas hasta lo emocional y conmovedor de las relaciones que su profesión le permitió tejer.
Un documental amoroso y respetuoso que tiene su interés por el lado de la fotografía y la historia pero sobre todo por permitirnos ser testigos de una Sara Facio dispuesta a abrir las puertas de su corazón. Quizás no se necesita mucho más que eso.