
#BAFICI24: Otra película maldita

Dirigida y escrita por Alberto Andrés Fasce y Mario Varela, Otra película maldita se pone al hombro la difícil (por lo desconocida) tarea de contar la historia del cine de terror en nuestro país. Un género poco explorado durante las primeras décadas pero que ha florecido muchísimo en los últimos años, siendo el Festival Buenos Aires Rojo Sangre quizás la mejor muestra de ese crecimiento año a año.
Con la conducción y narración del experto en la materia Darío Lavia, el documental sigue de manera cronológica la historia del cine de terror nacional desde sus inicios en 1934 con El Hombre Bestia de Camilo Zaccaría Soprani, al que luego se le sumaron unos pocos clásicos más apenas conocidos incluso por los realizadores de género de hoy en día.
De manera dinámica, con algunas puestitas en escena originales intermitentes, cuenta con una amplia variedad de testimonios. Desde esas especie de bibliotecas que son Fernando Martín Peña o Diego Curubeto, o divulgadores como Ayi Turzi, realizadores emblemáticos en el género ya como Daniel De La Vega o Pablo Parés, hasta otros más jóvenes como Jimena Monteoliva o Laura Casabé, pasando por gran parte de quienes hoy se dedican al género como Demian Rugna, Gonzalo Calzada, etc. También hay material de archivo, y allí se los puede escuchar a Narciso Íbañez Menta o a Emilio Vieyra.
Es aburrídisimo citar toda la gente que cedió un tiempo para aparecer en esta película, así como también catalogar cada una de las películas mencionadas. Lo que no resulta nunca aburrido, al contrario porque dan ganas de adentrarse más y más, es este documental. Quizás porque tiene aquello que todo fanático del género: un gran amor por él. Ese amor se contagia, desde las ganas de ver todo lo que se pueda hasta las ganas de agarrar una cámara y hacer una película aunque sea en tu barrio con tus amigos, como fue el origen de la saga Plaga Zombie.
Otra película maldita funciona como documental didáctico, dando a conocer una parte de la historia del cine que parece haber quedado escondida, y al mismo tiempo ayuda a divulgar una producción vasta que no ha parado de crecer, y nada indica que pronto vaya a agotarse, todo lo contrario. Quizás lo que todavía queda por saber es cómo hacer para que estas producciones dejen de ser de un nicho específico, al menos siempre fiel, y lleguen a un público masivo que aun no se le anima, por prejuicio mayormente. Esta película podría ser también un buen primer acercamiento para aquellas personas, porque contagia todo ese amor por este cine. Pero aquí aparecen las dos grandes problemáticas que parecen maldecir a gran parte de nuestro cine: por un lado la falta de conservación del material y por el otro el de difusión.
Pero si son fanáticxs del género o sienten ganas de acercarse a él, Otra película maldita es la puerta correcta.