#BAFICI21 (II): #ElMétodoLivingston (Comp. Nac)

Después de diez años de “La hora de la siesta”, Sofía Mora vuelve al terreno de la dirección y esta vez lo hace en el campo del documental, para retratar la figura de un prestigioso arquitecto. ¿Puede ser tan interesante la vida de un arquitecto como para dedicarle un documental? Resulta ser que el arquitecto no es UN arquitecto cualquiera, sino EL Arquitecto.

“EL METODO LIVINGSTON” justamente aborda la obra de Rodolfo Livingston quien entre una de las tantas cosas que ha hecho y continúa haciendo, es desarrollar su profesión como arquitecto.

Pero a medida que el documental avanza, su faceta vinculada a la arquitectura es solamente una de las tantas que Sofía Mora irá develando cuidadosamente, para que comience a emerger la figura de un hombre que desafía al sistema y porque no, a sí mismo. Casi al cierre del documental Livingston revelará su edad exacta –que no conviene demasiado adelantar-, con lo cual su activa participación en los diversos proyectos que va mostrando el documental, es doblemente meritoria y sinceramente admirable.

Con más de 60 años de trayectoria, ha sido uno de los profesionales más innovadores y con planteos más disruptivos dentro del mundo de la arquitectura, pero no se ha limitado solamente a este campo sino que es un prolífico escritor y en este documental también se muestran sus participaciones televisivas y hasta una de sus “instalaciones” –como la anécdota jugosísima cuando se hace pasar por mendigo-.

El proyecto que aún hoy continúa siendo -después de tantos años- el puntal de su estudio y de su filosofía en el ejercicio de la profesión, es que así como existen médicos de familia, abogados de familia y tantas otras profesiones que privilegian el vínculo con el cliente, Livingston ha planteado formar Arquitectos de Familia.

Arquitectos que pongan la escucha a disposición de un proyecto familiar y de la potencialidad que puede lograr un espacio, al converger con la energía de una familia dispuesta a habitarlo, tratando de maximizar los resultados con un mínimo de obra.

Un concepto que aún hoy suena transgresor en el mercado, lo ha sido mucho más aún cuando ha sido lanzado en su oportunidad, y que va a contrapelo de cualquier línea profesional en donde la mirada no está puesta justamente en la función social o humana sino en la rentabilidad y lo convencional –impresionante su concepto de las ventanas y las medianeras-.

Pero por más que muestra una gran cantidad de proyectos y de facetas desplegadas a lo largo de su vida, con ese espíritu incansable, el documental no se agota en ningún momento y apuesta a más.

Es así como lo muestra de cuerpo entero, real, sincero, al natural, con sus pensamientos cotidianos y con un sentido del humor exquisito, con una filosofía de vida envidiable y es así, que el documental se ve con una sonrisa permanente y una profunda admiración a su audacia, a su desinhibición y a su absoluta franqueza.

Producido por Néstor Frenkel (uno de los documentalistas más talentosos y con un ojo crítico único), algo de su cine se destila en la manera de abordaje de la figura de Livingston, subrayando aquellos momentos en donde la ácida mirada del paso del tiempo, de la sabiduría cotidiana y del envejecer, y en donde Sofía Mora encuentra su mayor potencia y aprovecha de esas verdades espontáneas al máximo.

Como yapa, un personaje del equipo de filmación traerá al presente un entrañable personaje de la historia personal de Rodolfo Livingston, y ahí en ese momento podremos admirar además cómo a través de sus pequeños actos, nos muestra su sabiduría de la vida, esa que va más allá de un título profesional o de una carrera universitaria.

Imposible no terminar rendido al encanto de este bon vivant, de esta mente brillante que es Livingston, con un documental pequeño y hermoso.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *