28MDQ Fest (VI): Competencia Internacional, largada

Día 3 bis y habíamos prometido hablar sobre algunos de los films ya presentados en la Competencia Internacional. Arrancamos con «The Strange Little Cat», de Ramon Zurcher, Alemania. Film que viene de haber recogido muy buenas críticas en Toronto y que ha maravillado a los críticos de Europa, quienes comparan al autor (en su ópera prima) con figuras notables como Chantal Akerman, Robert Bresson y nuestra Lucrecia Martel, incluso.
Veamos, es cierto que en su pasado de artista visual lo ayuda a Zurcher a generar las condiciones para su fresco familiar, pero sin embargo si no hay entrenamiento en el público para decodificar su mensaje, esta «The Strange…» se convierte en un producto hermético, al que sólo se lo puede ver por fuera de su estructura, y que ahí, no brilla ni atrae.

Un departamento familiar en Berlín, tres generaciones (entre familiares y amigos) transitando por el mismo, un gatito beige paseando por el lugar, una abuela medicada que se duerme, una niña pequeña que grita bastante y varios jóvenes, adolescentes y adultos que entran y salen de espacios cerrados (la cocina, el comedor, el lavadero) hablando de temas cotidianos. Hay humor? Estilo alemán, parco e irónico. Hay conflicto principal? Visible? Palpable? No. No lo hay. Los especialistas dirán que es una vuelta a lo «Kaftka» la de Zurcher para encarar su universo pero es difícil no ver (percibir), los diálogos como sólo elementos de una realidad simple, donde nada interesa mucho.
Eso sí, si quieren bucear y encontrar en ella significados profundos que describan los comportamientos de clase de una familia burguesa europea en la actualidad, pueden hacerlo. También está la posibilidad de mirar la manera en que sus integrantes se comunican y establecer cierto parámetro de aislamiento, típico del tiempo que vivimos.
Este cronista, sin embargo, se inclina por reconocer el virtuosismo técnico del director, apreciar su inteligente manera de encadenar los desplazamientos y decir que esta, es una película sin una trama que convoque. Incluso el naturalismo, tiene que poder, en su esencia, atraer. Eso, no sucede aquí. Con lo cual, el film se inscribe en la línea festivalera restringe su poder de llegada. Un producto fallido? No. Sí, un film sin llegada.

Seguimos en la Competencia Internacional y nos vamos «La herida» de Fernando Franco. No sabemos a esta altura del fest como se definirá la categoría, «Mejor actriz», pero si no la gana Marian Alvarez por su composición de «Ana», será una sorpresa. Y lo decimos sin haber visto a todas sus potenciales rivales.
En este caso, la historia es la de una mujer que trabaja en traslados de ambulancia. Ana es joven, linda y hace bien su trabajo. Eso sí, tiene, en apariencia, problemas que van más allá de lo que se ve. Es temperamental a tal extremo, que podemos decir que padece un «trastorno límite de la personalidad» que la lleva a tener problemas de relación con su medio y dañarse de muchas maneras, atrapada en un espiral del cual no parece encontrar salida.
Marian Alvarez lleva adelante toda la película, poniéndole el cuerpo a Ana, en un trabajo único. Pasa por todos los estados emocionales imaginables y compone a una persona en caída libre, a la cual, nadie en su medio, parece tener intenciones de ayudar. La cinta es fuerte y nos obliga a reflexionar sobre la indiferencia y el desconocimiento que tenemos a veces sobre las cuestiones que nuestros seres queridos tienen que abordar en sus personales batallas diarias.
Franco se toma su tiempo para contar un lapso largo de la vida de su observada y quizás peque de utilizar como gran recurso la cantidad de expresiones que Alvarez despliega con naturalidad. Es cierto, aunque no hay que dejar de destacar que el guión es bastante convincente y cumple su objetivo con creces. Viene de triunfar en San Sebastián y creemos que aquí también le irá bien.

Y cerramos esta trilogía con «Pelo Malo» de Mariana Rondón. Desde ya, la más interesante de las que vimos hoy. Venezuela no escapa a la renovación de directores jóvenes. Ya vimos a Patricia Ortega en «El regreso» y aquí, vamos con otra festivalera, excelente de principio a fin.
Tenemos un niño de 9 años, Junior (Samuel Lange Zambrano) que es mulato y tiene problemas con su cabello. Vive con su mamá, Marta (Samantha Castillo), ex-agente de seguridad privada que está desocupada y que es viuda y encima, con un bebé pequeño a su cargo. Dentro de ese panorama, nuestro protagonista (premiado en San Sebastián y todo!), intenta alisar su pelo, sacarse una foto con ropa adecuada (un gran objetivo personal) y tratar de sobrevivir al trato con su abuela.

Marta es una madre desbordada, sola y que lucha con la pobreza que azota Caracas. Es fuerte y decidida, pero su rectitud le juega en contra a la hora de educar a su hijo. Rondón narra magistralmente una historia tierna, dulce y amarga a la vez.
Hay mucho amor filial bien y mal entendido en «Pelo Malo», pero por sobre todo, hay una clara intención de reflexionar sobre la familia en urgencia y la situación de los sumergidos en la Venezuela chavista (en la televisión cada tanto hay avances sobre su enfermedad que enmarcan el relato).
Sin dudas, esta pequeña gema encontrada debería llevarse algún premio importante a la hora del cierre.
Mañana seguimos con más reseñas desde Mar del Plata. Refrescó, nos ponemos el buzo y nos vemos en sala!
