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El trío conformado por Madeline Sharafian en su largometraje debut, Domee Shi (Turning Red) y Adrian Molina (Coco) dirige la nueva película de Disney y Pixar, una historia sobre un niño en busca de conectar con extraterrestres. El proyecto llega finalmente a salas tras tener varias idas y vueltas, con Molina como el director original hasta que dio un paso al costado e invitó a las directoras a continuarla.
En los primeros minutos de la historia ya descubrimos que Elio es un niño triste y solitario, que acaba de perder a sus padres y que se encuentra al cuidado de su tía, Olga, quien trabaja en una instalación espacial del gobierno. Es allí que Elio descubre de manera casual la historia de la sonda Voyager 1 de la NASA y, al sentirse desconectado con la vida terrestre, empieza a fantasear con la idea de que los aliens vengan a buscarlo. Aquello que para cualquier persona podría ser terrorífico, él lo ve como una salida.
Mientras la mujer intenta balancear su carrera y quizás incluso resignar algunos proyectos como ser astronauta para poder criar a Elio, él se la pasa buscando una manera de llamar la atención de los extraterrestres, sintiéndose solo e incapacitado de tener amigos o alguna relación que lo haga sentirse querido en la Tierra. Hasta que su deseo se cumple y viaja millones de kilómetros para conocer criaturas extravagantes que le abrirán la puerta y el corazón, siempre y cuando esté dispuesto a una aventura intergaláctica y a mostrarse tal cual es.
Como es fácil de predecir desde esa presentación sobre Elio, se trata de una historia que más allá de lo grandilocuente a nivel espacial, se apoya mucho en lo emocional. El planeta Tierra, habitado por millones y millones de almas, a veces puede parecer un lugar demasiado solitario. Y cuando uno se encierra en su propio caparazón, es difícil percibir lo que hay fuera de él, atreverse a dejar entrar a alguien. Algo así le pasa a Elio, ya tan cerrado en sí mismo que solo encuentra esperanza en la idea de que no estamos solos en el espacio exterior porque en su mundo interior en realidad sí se siente muy solo, sin aprender todavía que todo vínculo se construye de ambos lados. A la larga no hay nada más universal que el amor y no, no estamos solos, solo hay que aprender a mirar y prestar atención a lo que nos rodea, como esa tía que nos puso como prioridad aún ante sus anhelos.

También plantea de manera interesante las expectativas e incomprensión que puede haber entre padres e hijos. Glordon, el extraterrestre que se convierte en el inesperado amigo de Elio, carga con la presión de ser esa criatura temida y peligrosa que su padre proyecta en él cuando en el fondo no quiere más que disfrutar de esa niñez que el tiempo esfumará. La historia de crecimiento y aprender a valorarse y quererse se ve reflejada tanto en la de Elio como en la de su nuevo amigo.
Cargada de citas a clásicos de la ciencia ficción, el espíritu de Spielberg está bastante presente. La animación es notable, como nos viene acostumbrando el estudio, con personajes y escenarios que se sienten reales. Pero el guion (por Julia Cho, Mark Hammer y Mike Jones) es una mescolanza que cae en la fórmula y en el subrayado y se siente un poco forzado con respecto a lo emotivo. A nivel humor, tiene algunos gags efectivos pero no logra destacarse por esto. Probablemente la película funcione mejor con un público infantil que con el adulto, a diferencias de otras como Inside Out o Coco que supieron encontrar el balance adecuado. No deja de ser una experiencia disfrutable y entretenida, aunque carezca de la magia que supimos recibir de ellos.
Si se la ve en su idioma original, se podrá escuchar a Yonas Kibreab como Elio, Zoe Saldaña como Olga y a Remy Edgerly como Glordon. Pero en sus versiones en español, durante los créditos finales se podrá escuchar “Quiero ser tu amigo”, la canción original compuesta por Ale Sergi e interpretada por Miranda! Elige tu propia aventura (o no, porque hay que ver cuántas funciones en idioma original programan) y no se vayan hasta ver la pequeña escena en mitad de los créditos.
About The Author
Jesica Taranto
Enamorada del cine de terror, del otoño y de Anaïs Nin.
Escribo un poquito en El espectador avezado, en L’Officiel Argentina y a veces en algún otro lado.
Miembro de Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina. Votante en los Golden Globes.