«Un pájaro azul»: En crisis

Casi una década después de aquel drama delicado y elegante que es La luz incidente, Ariel Rotter regresa con una película sobre la crisis de una pareja en paralelo con la crisis de su protagonista masculino. Alfonso Tort y Julieta Zylberberg protagonizan junto a secundarios notables como Norman Brinski, Susana Pampín, Romina Paula, María Villar y Alejandra Fletchner.

Por la costumbre de verte
Me empezó a gustar tu suerte y tu vida
Demasiado cerca de la mía

Javier y Valeria son un matrimonio que consiguen comprar, con ayuda de los padres de ella, una casa más grande. Ambos están buscando formar una familia pero a ella le cuesta mucho trabajo y esfuerzo físico los constantes tratamientos para quedar embarazada. Intentos que terminan en frustración. Sin embargo no es «Un pájaro azul» la historia de una pareja que busca concebir. La crisis entre ambos estalla con algo que Javier hace en medio de un desliz que podría traer consecuencias muy grandes.

En algún viaje de trabajo, Javier se acuesta con otra empleada de la editorial donde trabaja (interpretada por Romina Paula) y ella queda embarazada. Que no necesita que se haga carga, pero sí que lo sepa, que es su derecho, le comunica. Él duda sobre qué hacer con eso pero no sobre ocultárselo a su mujer, que por supuesto siente que su mundo se desmorona de la manera más injusta.

Pero alrededor de la pareja, hay todo otro mundo que parece a punto de caerse a pedazos para Javier también. Por un lado, en su trabajo la llegada de una nueva e implacable jefa (Susana Pampín) y los rumores de recorte ponen a todos en jaque. Por el otro, la ruptura del matrimonio lo trae de vuelta a la casa de su padre, lo que al mismo tiempo lo enfrenta con recuerdos de un pasado que se mira con cariño y el avecinamiento de un futuro en el que él quizás ya no esté y sea el propio Javier quien tenga que ponerse en ese rol paterno. Norman Brinski aporta mucho a la película como este señor encantador al que el tiempo parece haberlo tornado más sabio, mientras que Javier deambula sin mucha idea sobre qué o cómo hacer con su vida.

çTanto Tort como Zylberberg le aportan mucha profundidad a sus personajes. Él desde su crisis masculina y esa inmadurez a veces tan propia de quien pierde un fuerte sostén femenino en su vida, como alguien que nunca parece terminar de superar su adolescencia y ésta ya le queda fuera del tono al cuerpo. Ella, aportando calidez y entereza pero también todo el dolor que carga esa mujer. En el medio, Rosario Blefari aparece desde la voz de estos personajes que quizás en algún momento se comunicaban mejor entre ellos a través de la música, con intentos de sacar una canción o un cassette en el que se grababan canciones como en otra época se escribían cartas de amor.

La canción de Blefari es Estaciones, sobre las etapas de un amor, que termina de aportarle su tono melancólico al relato. Acá Javier y Valeria tienen que atravesar todas esas estaciones, incluidas el crudo invierno, y superarlas para poder seguir siendo una pareja, es decir, para apostar por un hogar en común. El color también asienta este tono, con el azul que se va colando en cada plano.

Se podría decir que estamos ante un drama con ligeros toques de comedia. Pero lo que hace muy bien Rotter (que escribe el guion junto a Federico Pinto) es plasmar emociones con mucha sutileza. La historia que podría haber sido un dramón contada por alguien más acá respira frescura aun en sus escenas más desgarradoras. La sensibilidad con que se narra, con que estos personajes son pincelados, hacen que «Un pájaro azul» sea mucho más que la historia de una pareja en crisis. Por eso también es un acierto que el centro esté en ese rol masculino, en ese personaje que en algún momento necesita madurar con todos esos dolores y responsabilidades que eso conlleva.

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