«Lo que queda»: Aquello que no será
Dirigida por Mariel Escobar y escrita junto a Malena Zanazzi Izumi, Lo que queda es una pequeña película sobre el duelo.
Malena Filmus interpreta a Ana, una joven que se fue a vivir a Canadá y regresa con su actual pareja, J. B. (James Wright) después del accidente de su primer novio, Julián, interpretado por Lautaro Bettoni. Mientras él no es más que un cuerpo en un cuarto de hospital, Ana regresa a una casa que ya le resulta ajena, con una familia con la cual ya no tiene la misma complicidad, y solo encuentra un poco de distensión junto a la hermana de Julián (Guadalupe Docampo).
En ese momento de pausa, de detener una vida que creía querer, que armó en otro lugar, Ana se reencuentra con recuerdos y con esos inevitables pensamientos sobre lo que pudo haber sido lo que no fue. Porque ella no solo necesita hacer el duelo por Julián, que está en una especie de limbo y nada parece indicar un poco de esperanzas de traerlo de nuevo hacia acá, sino por quien fue ella misma en ese lugar, con él, esa persona que ya no es, porque el tiempo pasa y todo cambia y nos cambia.
Entre ese pasado que ya no es y un futuro que ya no sabe cuál será, en el presente el mar inmenso y sus olas invitan a dejar ir. Desde lo íntimo y con una narración minimalista, Escobar realiza una película que no necesita grandes sobresaltos y revelaciones y consigue sin forzar nada y de una manera muy natural transmitir el dolor y la tristeza: con el azul, con una hermosa banda sonora melancólica y una interpretación notable de Filmus, un personaje que desde lo sutil es desarrollado a través de muchas capas.
Sensible, delicada, Lo que queda es una reflexión sobre la pérdida: de personas, de afectos, de lugares, de versiones de una misma. Un film pequeño pero potente sobre emociones que de un modo u otro, en algún momento o en otro, nunca nos resultarán ajenas.