«Fly me to the Moon» (La otra cara de la luna): la carrera espacial en tono de rom com

Lo primero que hay que decir es que «Fly Me to the Moon» originalmente no iba a ir a salas. Apple TV había producido la cinta para streaming, pero después de algunas proyecciones, pensó que podría funcionar en la taquilla, merced al gran poder de convocatoria de la pareja central de la cinta: Scarlett Johansson y Channing Tatum, y la posibilidad abordar un tema tan fascinante como la carrera espacial a fines de los 60′, cuestión que siempre estuvo rodeada de desconfianzas mediáticas, por así decirlo.

La historia es original es de Keenan Flynn y Bill Kirstein, mientras la guionista Rose Gilroy tomó de ellos la idea y le dió envase de rom com. Greg Berlanti es el responsable de la película, un hombre de largo recorrido en la tevé norteamericana. Este equipo ha intentado construir una propuesta que haga equilibrio entre el interés por el presunto engaño publicitario que podría haber sido la llegada a la luna, y la atracción natural entre dos actores carismáticos y atractivos. Y el resultado es desparejo.

En sí, la trama intenta entrelazar una comedia romántica con un drama histórico, lo cual por momentos se presta a confusión porque no entendemos si todo lo que tenemos que ver desde el sarcasmo y la crítica feroz a lo mediático, o simplemente conectarnos con el protocolo de una comedia romántica tradicional. En ese sentido, «Fly me to the Moon» debe ser abordada atendiendo a esa premisa. 

Scarlett Johansson (Kelly Jones) interpreta a una ambiciosa ejecutiva de marketing que busca revolucionar la imagen de la NASA (sus avances no «prenden» en el pueblo americano. Channing Tatum (Cole Davis), por su parte, encarna al responsable del equipo de lanzamiento del programa lunar, un hombre parco, concreto y hasta escéptico. Cuando la presión en los Estados Unidos aumenta por el avance soviético en la carrera espacial, la solución llegará por parte de los que se preocupan en deformar lo que el gran público consume. No vaya a ser que los sucesivos fracasos de las misiones «Apollo» priven a EEUU de una victoria legendaria. 

De una lejana forma, «Fly me to the Moon» me hizo recordar a «Wag the dog» (1997) que si bien parte de otro punto de salida, tiene conexiones con esta propuesta.

La cuestión es que el tiempo apremia y si no se puede llegar a la luna, habrá que armar un operativo para demostrar que efectivamente se logró. Eso plantea la cinta, mientras muestra los choques ideológicos y las visiones diferentes de Kelly y Cole frente a sus respectivas tareas. Ambos se ven envueltos en una compleja trama que involucra secretos gubernamentales, situaciones delirantes (algunas más interesantes que otras), mientras escala la atracción entre ellos.

Es cierto que de fondo, hay una velada intención de discutir que pasaba en la época de la guerra fría y la carrera espacial. Pero esa reconstrucción (cuidadosa, debo reconocer), empalidece de a ratos antes los mohínes que hace Johansson que tanto ama su audiencia.

Visualmente, la película es sólida y la reconstrucción, lograda, pero sigo preguntándome si al público eso le interesa más que seguir el romance de los protagonistas. Me da la impresión que para las audiencias jóvenes, el tema del viaje a la luna, es una excusa para ver a la pareja central en acción.

Los rubros técnicos son excelentes y la banda de sonido, acorde a la época, elegante y lograda. El cast tiene secundarios de sobrada clase (Woody Harrelson la rompe) aunque esa dualidad de… «hablamos en serio… pero no», quizás le quite brillo al delirio que presenta en conjunto. 

En resumen, «Fly Me to the Moon» es una película que arriesga al elegir una historia de fondo atractiva a priori, pero donde todo parece subordinarse a los pies del amor. Más allá de eso, es modestamente disfrutable. Hay algunos momentos divertidos y absurdos y si la juzgamos exclusivamente como una rom com tradicional, es probable que apruebe. 

Demos gracias a Scarlett, quien sigue una de las actrices más magnéticas y seductoras de este tiempo.

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