«El aroma del pasto recién cortado»: Las dos caras del espejo
Producida por Martin Scorsese y dirigida por Celina Murga, El aroma del pasto recién cortado es un estudio sobre las relaciones y los roles de género, una película con una estructura original que invita a cuestionar y cuestionarse.
Pablo es profesor universitario en la Facultad de Agronomía. Tiene dos hijos varones y está casado con una mujer que actualmente está desempleada y en busca de trabajo. Sin proponérselo, comienza una relación en secreto con una de sus estudiantes, algo que empieza con la emoción propia de este tipo de affaires y de a poco lo va enfrentando con la persona que es, la que lo acompaña, lo que desea en la vida.
Natalia es profesora universitaria en la Facultad de Agronomía. Tiene dos hijas mujeres y está casada con un hombre que actualmente está desempleado y en busca de trabajo. Sin proponérselo, comienza una relación en secreto con uno de sus estudiantes, algo que empieza con la emoción propia de este tipo de affaires y de a poco lo va enfrentando con la persona que es, la que lo acompaña, lo que desea en la vida.
El aroma del pasto recién cortada narra dos historias en paralelo, dos historias que a simple vista son las mismas pero que al cambiar los roles de géneros se transforman, ya no pueden ser iguales. Qué hubiese pasado si fuese al revés, nos hemos preguntado tantas veces.
El guion (que viene de ganar en el Festival de Tribeca) está escrito por la propia directora junto a Juan Villegas y Lucía Osorio. Además, la película llega abanderada por Scorsese, con quien Murga ya venía trabajando hace varios años: fue productor ejecutivo de su película La tercera orilla después de haber ganado ella la beca de la Fundación Rólex donde él fue su mentor.
En estas dos historias, además de las situaciones y algunos diálogos sólo se repite un personaje (el rector) y las locaciones. Pero no se cruzan nunca porque están cada una del otro lado del espejo. Así, la infidelidad o el hecho de haber intimado con uno de sus alumnos no se ve de la misma manera para Natalia que para Pablo. O la mujer que busca trabajo está acostumbrada ya a postularse para puestos que probablemente vayan a parar a manos de hombres, mientras que sorprende que el hombre que busca trabajo se postule creyendo que quizás en realidad buscan a una mujer.
La película está cargada de situaciones espejadas que a simple vista son las mismas. La repetición de algunos diálogos genera momentos de humor y es verdad que ese recurso a veces predice ciertas situaciones. Pero nunca se agota, porque detrás de esas historias aparentemente simples (hombre engaña a su mujer con una alumna/mujer engaña a su marido con un alumno) se despliegan un montón de aristas y éstas multiplicadas por dos. Gracias a sus tiempos Murga nos permite adentrarnos en las vidas de estas parejas y sentirnos ahí, casi como espías. Mención aparte además para el montaje, que se torna vital.
Otro punto fuerte tiene que ver con la decisión de encauzar las historias en Agronomía. Tanto como locación como lo que significa: a la larga son personajes que así como aprendieron a cultivar y cuidar la tierra tienen que aprender a trasladarlo a sus vidas, no descuidar aquello que construyeron si es que es eso lo que realmente quieren, fortalecer los cimentos.
No se trata entonces de una película sobre la infidelidad, ésta es simplemente un modo que encuentran de escaparse de una rutina que en algún momento agobia sin que eso signifique que se deje de querer tenerla en nuestras vidas. Tal vez la incomunicación que a veces se acrecienta entre dos personas tampoco ayuda. Nada es tan simple, somos seres complejos, en constante transformación. Porque además está ese miedo a perder la libertad, que puede ser el miedo envejecer y vernos en el espejo como algo que fuimos sin estar seguros de qué más nos queda por ser o hacer. Las crisis al menos permiten ponernos en movimiento.
Murga delinea su película con naturalidad, sin grandes sobresaltos, de la mano de estos personajes a los que sus intérpretes le brindan cuerpo. Tanto Furriel como de Tavira (actriz que fue nominada a los premios Oscars por Roma, de Cuarón) consiguen interpretaciones sutiles y poderosas. Porque si bien el atractivo principal de la película es este de cuestionar los roles de género, porque todavía venimos con un montón de mandatos y prejuicios sobre cómo se perciben ciertas actitudes o decisiones si vienen de un hombre o de una mujer, Murga no hace nunca ningún subrayado al respecto, ni convierte esto en una excusa para hacer una película feminista o bajar línea. Al contrario, casi todo está ahí para verlo si somos capaces y estamos dispuestos.