
«Den of thieves 2: Pantera»(El robo perfecto): el encanto de lo imposible
By Rodrigo Chavero 1 mes agoLa verdad es que me sorprendió mucho que hubiera una secuela de «Den of Thieves» (2018). La primera entrega era una peli de acción, con intriga y buenas secuencias de persecusión. No había en ella sofisticación ni grandes actuaciones. Para nada, sin embargo, hizo un prolijo papel en la taquilla y dejó abierta la puerta para alguna secuela más adelante.
Seis años más tarde regresa la propuesta, buscando ofrecer un producto digno, aunque con varios cambios en relación a la original. Esta «Den of Thieves 2: Pantera» extrañamente, elige otro camino que su predecedora. Si me preguntan, me hace acordar al clásico de John Frankenheimer, «Ronin» (1998), aquel clásico de criminales y persecusión protagonizada por Robert De Niro. ¿Por qué? Acción ambientada en Europa, ladrones y mafias europeas calificadas, polícias que están atravesados por motivaciones más allá de su labor y relaciones personales puestas en la lupa bajo escenarios de mucha presión.
Christian Gudegast, quien dirigió la primera parte (y que tiene varios hits de calibre medio en la industria del cine de acción), regresa con su amigo Gerard Butler a hacer una película de hombres, intensa. Sin emabrgo, ha diseñado su peli sobre lo que podría llamarse «la previa del atraco», una película granular con detalles sobre un robo a un lugar de altísima seguridad, llevada al extremo por un grupo de personajes que tienen aristas filosas y poca confianza entre ellos. La cinta, extensa y rica en detalles sobre cómo burlar el cerco de protección de los objetos buscados, es larga y quizás no tenga toda la acción que podría esperarse.
Sinceramente, esperaba algo más vertiginoso y vertical. Pero no, Gudegast elige pacientemente edificar el golpe y todo lo que conlleva su preparación y su ejecución, a su tiempo. Como espectador, el film se deja ver, aunque no «matchea» con la definición de cine de acción.
La historia retoma la vida de Nick O’Brien (Butler) todavía continúa enojado por el robo a la Reserva Federal de la primera película (¿recuerdan ese asalto buscando los billetes de baja denominación que iban a destrucción?), a pesar de que sus superiores han insistido en que cierre el caso. Después de todo, no se robó nada.
Nick descubre a poco de iniciar la cinta, que Donnie Wilson (O’Shea Jackson Jr.) fue el verdadero cerebro de ese trabajo, y a Nick le molesta que se haya salido con la suya el pibe. Haciendo un par de movimientos rápdos, ubica a Donnie en Europa y lo conecta con un reciente robo de diamantes en Amberes, con lo cual se dispone a visitarlo y hacerlo una proposición interesante.
Unirse a su súper equipo de ladrones y asaltar un lugar donde se guardan los diamantes más caros del mundo.
Tarea que requerirá mucho equipo, gente, recursos e iniciativa. Todo eso, el director lo muestra en detalle. Butler y Jackson Jr son los protagonistas de la trama y los vaivenes de su relación van marcando los momentos en que el peligro coquetea con su plan. A diferencia de la previa, donde Nick tenía un conflicto familiar, aquí, todo eso está lejano y apenas mencionado. El foco está en el robo. Siempre.
El resultado, como ya dije, es correcto. Para mi gusto, un escalón abajo de «Den of Thieves». Menos acción, igual duración, actuaciones similares. Supongo que Gudegast quiso probar un formato o un enfoque distinto del cine que habitualmente hace. Y no le dio gran resultado. Digamos que es «el gran golpe», pero sin elegancia, más rústica y con una carga de testoterona más intensa.
Dentro de las escasas posibilidades de cine para adultos en cartelera, yo la tendría en cuenta pero reconozco que no es una cinta que dejará satisfecho al que busca emociones fuertes.
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Rodrigo Chavero
Periodista, docente y redactor de contenidos. Amo el cine y no hay mejor plan que ver películas.
Coordino Espectador Web desde 2011 y en mis redes hay mucho material de cine, teatro y espectáculos en #CABA.