
«Tierra»: Formas de autonarrarse

Lo nuevo del dramaturgo y director Sergio Blanco es un juego con la autoficción pero también con el teatro como artefacto.
El uruguayo Sergio Blanco bucea una vez más en su propia historia, esta vez enfocada en el duelo desde la figura de su madre, quien en junio de 2022 muere en los brazos del dramaturgo en una Unidad de Cuidados Intensivos de Montevideo, y un trío de personajes que orbitaron alrededor de ella. Actores que actúan de actuar, que entran y salen de personajes a gusto de un escritor cuya obra en realidad gira en torno a escribir esa obra.
El juego con lo meta, en esto que parece algo a medio camino entre un ensayo y la representación final, con actores que se salen de personaje para preguntar si están bien posicionados o hacer alguna sugerencia sobre lo que dicen, sumado a la autoficción le permite a su autor (en la obra encarnado por Sebastián Serante) preguntarse y reflexionar y nos invita a sumarnos a esas cuestiones. El autor toma elementos de lo literario, con el teatro y sus puestas en escena, pero también incluye algo de cine, con cámaras que proyectan en el mismo escenario, y de la música, con interpretaciones en vivo incluidas.
Con un buen balance de humor y drama, Tierra explora la manera en que la existencia se modifica después de la muerte de un ser querido, al tiempo que se interroga sobre la mirada y la representación escénica. Cuánto hay de ficción y realidad no es lo importante, sino el ser testigos de cómo se construye uno su propia realidad.
El elenco termina de componerse con Soledad Frugone, Tomás Piñero y Andrea Davidovics.
Una producción de Marea en coproducción con la Dirección Nacional de Cultura del Uruguay, el Centro Dramático Nacional de España, el Complejo Teatral de Buenos Aires y el Centro Gabriela Mistral de Chile.
Quedan pocas funciones en el Teatro San Martín.