«Miekkailija» (El esgrimista): liberar con la espada, y con la mente
Llega cine finés a nuestras salas, lo cual siempre es una buena noticia. Más, si es la cinta que representó al país en los Oscars hace un año atrás. "Miekkailija" es otro de los hits de Klaus Härö, de quien cuatro de sus cinco largos como director, fueron a representar a su país a la gran competencia en Los Angeles.
Un director multipremiado en Europa a quien vale la pena conocer. "El esgrimista" es un film sobre deporte, inspiración y drama en envase de thriller. La historia comienza allá por 1952 cuando un hombre llamado Endel Nelis (Mart Avandi) llega al pueblo de Haapsalu en Estonia.
Dicho pueblo, como toda la zona, está dominada por el régimen comunista desde el final de la Segunda Guerra Mundial. El tiene un pasado complejo que evade y la idea de enseñar esgrima en una escuela local, lo seduce y estimula. Si bien al principio sus alumnos no responden cómo el quiere, con el correr de los días van tomando cariño al docente y esto opera cambios a ámbos lados de la relación pedagógica.
Endel se enamorará (de la deliciosa Liisa Koppel, una gran revelación) y enfrentará a sus alumnos con desafíos cada vez más altos hasta disputar un torneo en el que su pasado vendrá a producir otro quiebre en su vida. Los altos mandos soviéticos pondrán el ojo en esa actividad y este maestro de la espada deberá sortear muchas dificultades para que sus chicos tengan final feliz en la competencia.
La cinta habla de la opresión (desde el punto de vista político), el valor de la enseñanza (como herramienta de liberación) y el conflicto de intereses en territorios donde la libertad no es un valor permitido. Nuestro esgrimista destila energía y pasión cada vez que trabaja con sus alumnos y enfrenta la furia de quienes no creen que lo que el hace sea necesario para la población con la que trabaja.
Esa lucha de clase para llevar adelante un anhelo, es el común denominador del cine de Klaus Härö en su sutil y dedicada filmografía. Hay en esta construcción, una gran dirección artística y una delicada fotografía. Esto se complementa con actuaciones ajustadas y un guión cuyo mejor acierto es la caracterización de los personajes.
En el debe, podemos decir que hay poca sorpresa en el recorrido propuesto y que en el final de la cinta, sentimos que la historia que nos contaron ya la hemos visto antes, en otros escenarios y geografías.
"El esgrimista", entonces es un sólido exponente del cine europeo contemporáneo. Tiene el plus de ser de una filmografía que no es usual ver en Argentina y sin dudas, dejará satisfechos a los espectadores que quieran adentrarse en este universo particular.