«El sol»: apocalipsis y algo más
Conocía el trabajo previo de Ayar Blanco (guionista, historietista y dibujante!) por haber visto «Mercano, el marciano», allá hace tiempo y a lo lejos (2001). Como intento de animación en nuestro país, y más allá de sus limitaciones técnicas, nos había gustado mucho. No hay mucha gente que se le anime a la aventura de lanzar un producto así aquí dentro del género y menos, a las salas comerciales. Es una auténtica aventura.·He aquí entonces un salto al vacío con nombre propio: «El sol». Una película interesante, sumamente despareja, pero potente, a la que hay que prestar atención y valorarla en su contexto.
Luego de que una bomba atómica estalle en nuestro mundo conocido, Once (Jorge Sesán) y la Checo (Sofía Gala Castiglione), son jóvenes que intentan resistir a la hecatombe, como pueden. Las ciudades no existen más, hay un desierto enorme que se instala como escenario y algunos sobrevivientes se agrupan en distintas tribus para poder seguir adelante con sus vidas. Es el nuevo mundo, el que viene después de este. Blanco propone un vasto recorrido por varias subtramas que se van desprendiendo de la suerte de los protagonistas de la historia: habrá mutantes, sexo, lenguaje explícito, drogas, violencia desmedida, etc…de todo como en botica.
La directora se luce al proponer un clima de fiesta para el arranque. El prólogo de la historia y los primeros 30 minutos son excelentes. Si bien cuesta acostumbrarse al registro que ofrece, lo cierto es que la manera en que caracteriza la situación es acertada: la sala se puebla de carcajadas como pocas veces. Claro, muchos de estos laureles se los llevan la participación especial (durante un importante segmento) del Dr. Tangalanga (para los que no lo conocen, un cómico que se especializa en llamados telefónicos incómodos) y la desfachtez de la Checo Gala Castiglione, quien sintetiza bastante el espíritu de la historia: está todo mal y se sobrevive como se puede, nada importa demasiado. Hay muchas voces conocidas (está Martín Piroyanski incluso!) y eso hace interesante también el juego.
En este mundo cruel, hay una trama, que muta (demasiado, me atrevo a observar) con el correr de los minutos (se agregan personajes, salen otros, hay marchas y contramarchas, algunos tópicos dejan de ser relevantes en pocos minutos), pero se entiende a donde quiere ir Ayar Blanco. Si me parece que hay demasiado caos y algunas derivaciones de la historia central van debilitando el carácter del film (una vez que la vean, si quieren las charlamos en detalle). Eso si, el tono delirante se sostiene, pero la intensidad baja y la última parte de «El sol», no se condice con la fuerza de su inicio.
Somos concientes del enorme esfuerzo de producción casi solitario de su director para sacar adelante esta opera prima. Utilizó las herramientas disponibles a su alcance, y más allá de los altibajos que este recorrido trae, el saldo es positivo. Si quieren reirse un rato viendo algo original y con el sello argentino, prueben «El sol». Seguro que les suma.
el sol from ayar blasco on Vimeo.