«Nymphomaniac» (Ninfomanía Vol II): la búsqueda frenética
En la segunda entrega de la historia de Joe (Charlotte Gainsbourg), «Ninfómana Vol. 2» Dinamarca, Francia, Alemania, Bélgica, 2013), toda la tensión que Lars Von Trier pudo construrir en su primer volumen se va disolviendo con la proliferación de personajes secundarios que no hacen otra cosa que perder el foco de vista de la historia principal.
Si en «Ninfómana Vol. 1» la estructura episódica servía para poder ir narrando momentos claves sobre el descubrimiento y desarrollo sexual de la joven Joe (Stacy Martin), en esta segunda parte esa misma narrativa sincopada sólo presenta hechos aislados sobre la protagonista que no terminan de consolidar el gran relato (sin divisiones) que «Ninfómana» es.
La separación de volúmenes podría ser pensada como una cuestión lógica para evitar que la larga duración de ambas exigiera un esfuerzo por parte del espectador casi maratónico para poder ver todo de una vez.
Pero viendo por separado el volumen 1 y el volumen 2 se percibe la clara intención de Von Trier por separar las dos entregas y la de sumar en esta periféricos que si bien continúan en la línea de sumar más información indicial para comprender la realidad de la mujer, corren la mirada hacia hechos aislados que no hacen a la totalidad de la comprensión de Joe y su periferia.
Si en volumen 1 toda la etapa de exploración sexual culminaba con la imposibilidad de Joe por sentir placer por parte de Jerome (Shia Labeouf) y sus ocasionales amantes, el inicio del volumen 2 con la resolución del hecho y la búsqueda de nuevos males hacia su cuerpo, sin explicación aparente más que una patología enfermiza que ya se escapa a la ninfomanía a la que alude el título, determinaran el pulso narrativo hacia el final.
Cuatro episodios le bastarán a Von Trier para culminar la mirada sobre la realidad de Joe, una mirada que no juzga (al contrario) y que acompaña en cada historia que presenta para poder completar aún más al personaje principal.
Mientras en volumen 1 la «aventura» guiaba la historia, en este caso comienzan a aparecer las lecciones morales por parte de Seligman (Stellan Skarsgard) y el juzgamiento desde los personajes secundarios aislados de toda su historia y que se incorporan.
Así la señora H (Uma Thurman), K (Jamie Bell) y L (Williem Dafoe), serán los primeros en decirle a la cara las cosas que otros no se animaban a hacerlo, pero ella también tiene mucho para decir, hasta que un extraño plan en el que decide entrenar (por orden de L) a alguien para que la suceda en la última profesión que posee («cobradora de deudas») la colocará una vez más ante una difícil elección.
Los dos últimos episodios resuelven rápidamente algunos planteos de la primera parte, y justamente en la agilidad con la que termina el último episodio se termina por derrumbar un hermoso cuento, que con paciencia y solidez argumental se fue construyendo a la sombra de un mito y una patología, y que encuentra en Von Trier el conductor y narrador ideal para poder plasmar un universo que en manos de otro hubiese sucumbido.
Aislada de su predecesora, esta entrega pierde. Vista en conjunto y en continuidad puede levantar vuelo, pero como película sola no logra superar a un volumen 1 contundente e impactante.