Entrevista a Laura Guzmán: “Hay turismo sexual, pero también chicas queriendo migrar, salir adelante”
Oriunda de República Dominicana, la realizadora Laura Guzmán, codirectora de «Dólares de Arena» (2014), estuvo presente en Argentina junto a su marido Israel Cárdenas para presentar el filme en el marco del Festical LGBTIQ Asterisco y su estreno comercial.
Con ella EspectadorWeb dialogó en exclusiva sobre el filme, hacer cine y el trabajo con Geraldine Chaplin.
¿Cómo es dirigir de a dos?
Ya con Israel es la cuarta película que hacemos y no fue intencional en ningún momento. Empezamos y es la manera que sabemos hacerla, no sólo dirigimos sino que también producimos, el hace más la fotografía y yo trabajo con los actores. Esto lo hemos hablado mucho, ya que somos una pareja, tenemos niños y hacemos otros trabajos que nos permiten sobrevivir.
¿Y es fácil esto?
Muchas cosas no hay ni que hablarlas y lo que intentamos es que cuando hay un desacuerdo hacemos «la versión de Israel» y «la versión de Laura» y funciona.
¿Cómo surgió la historia de «Dólares de Arena»?
Hicimos «Jean Gentile» allí y queríamos volver, es una región que yo he visto crecer y desarrollarse siendo hoy uno de los pueblos turísticos más importantes de República Dominicana, y ha crecido a la manera de cada quien, han llegado turistas que se han instalado y hecho sus casas de verano y por eso hay mucha mezcla entre los lugareños y extranjeros y es una cosa muy interesante.
Supe que Jean-Noël Pancrazi había escrito un libro autobiográfico entre él y un motoconcho dominicano que se quiere ir a Francia con él y el señor se siente bien ahí y no volverá y trabaja sobre los límites entre el amor, el amor por dinero, el abuso, quién abusa a quién, y las necesidades que se dan, y nosotros quisimos explorar la historia, que es muy común aunque políticamente y socialmente no se quiere ver y nos interesó cómo él entraba en la cultura urbana, mucho más que alguien autóctono y «Dólares de Arena» es una adaptación muy libre del libro y que cuando apareció Geraldine Chaplin, que iba a hacer un personaje secundario, porque íbamos a trabajar con un actor francés, y un actor por primera vez, porque siempre nosotros lo hacemos con no actores, al ver la reacción de ella, su deseo de trabajar con nosotros ahí nos cuestionamos y pensamos en probar y cambiar el sexo de los personajes y todo comenzó a encajar en el proyecto. Nos apropiamos de la historia, fue más fácil para el financiamiento, el 50 % salió de Dominicana, por la Ley de Cine de Estímulo Fiscal, y cuando contábamos la historia gay, no les interesaba, pero cuando empezamos con Geraldine, parece que les llamó la atención y no sé si les parece más sutil pero la aceptaron. Nosotros no queríamos chocar con la relación, porque hablamos de otras cosas.
¿Cómo fue trabajar con Geraldine?
Cuando trabajamos con inexpertos fue natural, nunca pedimos nada que no iban a poder dar, y siempre hubo confianza. Con Geraldine a ella le gustó mucho el guión, sabía a dónde íbamos y le encantó trabajar con no actores, nos acompañó y ayudó mucho en el trabajo con ellos, asumiendo un papel muy fuerte delante y detrás de cámara. Con la co protagonista tuvo un gran vínculo, de mucho roce para que luego no haya choques. Ella la conoció antes, una noche que fuimos a una discoteca a ver gente bailar y a empaparnos en Bachata y la vimos y la convocamos y nos sorprendió, por ser muy viva, despierta, auténtica, no sabía quién era Geraldine, creo que tampoco sabía quién era Charles Chaplin, y se mostró muy natural ante las cámaras.
¿Tanto Anne como Noelí saben lo que quieren, cómo trabajaron esto?
No estaba en el libro, se dio al escribir el guión con la relación dada y los problemas, pero la tensión hacia el final no. En algún momento pensamos en filmar en Francia, principalmente cuando era una historia de hombres. Todo se dio cuando fuimos avanzando en el rodaje, en donde reescribimos mucho y también filmamos muchos finales alternos, en donde Noelí le roba a Anne, ella la deja, de hecho ella prefiere eso antes que llevarla a Francia, porque sabe que allá no sería feliz, es muy juiciosa y no tan impulsiva, sabe que tendría frío y que sacarla de allí sería algo insólito.
Cuando Anne cambia su punto de vista sobre Noelí la película cambia el registro y aumenta su denuncia sobre el turismo sexual, ¿qué le aporta a la problemática «Dólares de Arena»?
Cuando empezamos a adaptar el libro, con una mirada norte sur, parecida a la de filmes como «Paraíso
Amor», le hemos dado otro punto de vista, desde la República Dominicana, es un equilibrio, las otras lo han manejado más provocativamente, pero nosotros quisimos hacerlo más tranquilo, porque hay turismo sexual, pero también chicas queriendo migrar, salir adelante y en donde en esas relaciones puede surgir hijos, familias y demás.
Se alejan del exotismo…
Si, y eso también desde la fotografía, los planos, la cara de los protagonistas, con poca profundidad de campo, no querer hacer las cosas más bonitas que lo que son, esconder eso, por eso buscamos filmar en una época en la que no todo es lindo, es invierno, hay lluvias, con un mar no cristalino, revuelto, para que Anne decida igual quedarse allí.
¿Cómo es acompañar al filme por varios lugares?
Es muy intenso, al estar involucrados en todo el proceso seguimos de lleno con esto y no tuvimos tiempo de escribir algo nuevo. «Dólares….» se estrenó el año pasado, fuimos a Festivales, aquí se estrena, luego en Francia, Estados Unidos, Alemania también, y es nuestro primer filme distribuido y estrenado comercialmente, Geraldine tiene mucho que ver con esto.
Una gran actuación…
Si, ella tiene un espíritu muy jovial y utilizó mucho de ella en el filme, a pesar de desnudarse y mostrar sus arrugas, tiene un espíritu muy joven.