
#BAFICI26: Las reglas del juego
El prolífico Matías Szulanski, que hace solo semanas acaba de estrenar Buenas Noches, participa este año del BAFICI con dos películas nuevas. Las reglas del juego forma parte de la Competencia Argentina y se trata de una comedia bastante ágil gracias a sus diálogos filosos e irónicos alrededor de los vínculos sexoafectivos.
Juan y Laura son una pareja afianzada que no convive pero pasan bastante tiempo juntos. Una tarde se cruzan a otra pareja, momento que se presenta como un encuentro extraño e incómodo. Se trata de Marcos, ex amigo de Juan cuya amistad terminó cuando se relacionó de manera íntima con la que era su reciente ex novia. Ahora Marcos se encuentra con esta chica Florencia y a partir de ese encuentro Juan comienza a buscarla, pero no para, de manera predecible, robarle la novia sino para tratar de entender y quizás despertarla sobre quién es realmente Marcos. Al mismo tiempo Laura, un poco por celos de una charla de café que interrumpe entre ellos, se reencuentra con su propio ex, un muchacho que la busca y la seduce.
Las idas y vueltas girarán en torno a estos pocos personajes, seis contando a la ex de Juan, Ana, que también aparecerá cuando él la busque tras un par de años y todavía parezca que hay cosas por decirse o aclararse. Se trata de una película chiquita en producción, que se sucede mayormente en el interior de los departamentos y en los cafés que funcionan como encuentro, pero también un poco por las reconocibles calles del Microcentro.
En poco más de una hora los personajes se dirán muchas cosas, algunas hirientes. Quizás mientan un poco, quizás se mientan un poco a sí mismos, quizás al hablar les caigan ciertas fichas, quizás no pase nada y todo siga igual. La vida, en fin, lo complejo de las relaciones humanas, del deseo. ¿Cuáles son las reglas? Para poder romperlas primero hay que conocerlas.
Divertida, verborrágica pero también lo suficientemente profunda en algunas cuestiones, Las reglas del juego es una película que se mueve como aquellas comedias de la Nouvelle Vague, con Besos robados tal vez como una de sus mayores influencias (la cita de manera directa).