
«97 minutes» (Atentado en el aire): Entre dilemas y vueltas
Timo Vuorensola dirige esta genérica película de acción sobre el secuestro a un avión en pleno vuelo. Protagonizan Alec Baldwin y Jonathan Rhys Meyers.

Un avión es secuestrado y solo le restan 97 minutos de combustible. En la estación central y en el avión, sus protagonistas intentarán llevar a cabo cada uno su cometido. El de alguno incluye sobrevivir o salvar personas, otros quieren destruir y destruirse.
En esta película de acción bastante genérica, los personajes no todos son lo que parecen. Algunos esconden una motivación real o un secreto que los atormenta. Otros mienten para engañar. Un agente infiltrado, el director de la NSA, la subordinada que no coincide con sus órdenes, una residente de medicina capaz de ayudar al piloto malherido. Algunos de los personajes de la trama intrigante que va desplegando sus dobleces y vueltas de tuerca.
Con mucha tensión se construye este vuelo que tiene fecha de caducidad, porque el reloj corre, la aguja del combustible baja. Mientras tanto, las decisiones que hay que tomar y los dilemas morales no siempre se encuentran en el mismo sendero. ¿Se debe sacrificar la vida de los viajeros inocentes para salvar la de miles de conciudadanos?, es la pregunta que insertan.
Atentado en el aire introduce cuestiones y personajes que crecen a medida que la historia se sucede. Así, el primer tercio no promete mucha dimensión, pero de a poco, aunque a veces sea con pinceladas bastante gruesas, la tensión y la intriga se mantienen y crecen hasta llegar a su final. A nivel dirección, las escenas se resuelven con eficacia sin mucha producción, casi toda en locaciones interiores. En el uso de CGI resulta menos efectiva.
Aunque a veces los diálogos no ayuden, sus olvidados protagonistas Baldwin y Rhys Meyers consiguen dar credibilidad a sus respectivos personajes, cada uno con sus ambigüedades y sombras, uno desde la tierra y el otro desde el aire.
En cierto modo se Atentado en el aire parece a esas películas que daban los fines de semana en la televisión -cuando se hacía zapping y se veía lo que daban y una no elegía en su servicio de streaming qué ver-. Sin muchas pretensiones, una buena dosis de acción y alguna sorpresiva revelación son más que suficientes. El problema es que muchas veces parece una parodia de estas películas, sin el humor necesario, claro.