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«Three Days to Kill» (Tres días para matar): Papá corazón

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Hay algo de mucho goce desde el arranque en “Tres días para Matar” (USA/Francia, 2014), en eso de descubrir la faceta ruda de un actor que hace tiempo que quiere volver al estrellato, y también en la parte de descubrir estereotipos que en el placer de género siempre nos atrae.

Detrás del cóctel de acción, humor, romance y dinamismo está McG, alguien que desde que puso por primera vez un pie en el mundo del cine supo llamar la atención; y en “Tres días…” no hará omisión a su capacidad de innovar y llevará a Kevin Costner hasta un lugar extremo, algo que no vimos en el veterano actor desde los tiempos de “Danza con Lobos”.

Si bien en su trama es similar a muchos recientes filmes de acción, en esto de la épica búsqueda desesperada de un objetivo: “Taken”, “Escondido en Brujas”, la inédita “Erased” y más allá en el tiempo en filmes como “Búsqueda Frenética”, su manera de contar nuevamente la historia con un tratamiento particular de la imagen y una explosión de música, es uno de los rasgos que destacan y que hacen que su propuesta sobresalga.

Con guión y producción de Luc Besson, la película se centra en Ethan Renner (Costner) un agente de la CIA, de esos con peligrosas y ultrasecretas misiones, que al detectársele un cáncer terminal realiza un balance sobre su vida personal (desastrosa por cierto).

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Mientras piensa en cómo solucionar sus problemas con su esposa (Connie Nielsen, alejada de la frialdad de Meredith Kane de “Boss”, el antecedente a HOC) y su hija adolescente (Hailee Steinfeld) y transmitirles de la mejor manera su pronto y rápido deceso (obviamente Besson no le iba a otorgar más de cinco meses de vida) aparecerá una misteriosa miembro de la CIA que lo contratará para que asesine a Lobo (Richard Sammel) y su secuaz Albino (Tómas Lemarquis).

El anzuelo para aceptar este último trabajo será no sólo el dinero, sino, una droga experimental que podrá cambiar su destino, pero hasta que la “salvación” de ese factor externo que lo vulnerabiliza y que impide que termine de “atrapar” a los malos (siempre que está a punto de agarrarlos una recaída lo pone en una condición de inferioridad) deberá pasar por estados que McG narra con cámara en mano, movimientos apresurados de escena y deformación de los márgenes.

En la promesa de salvación además estará la afirmación que Ethan necesita sobre su “mortalidad”, porque hasta entonces se veía como un ser invencible, una suerte de superhéroe solitario, que a fuerza de balas conseguía sus metas.

Enfermedad mediante y situaciones particulares con su hija y mujer, como así también con aliados temporales que conseguirá, pienso en Mitát (Marc Andreóni), un hombre sometido por su mujer, que ayudará a Ethan principalmente en temas relacionados a Zoey (Steinfeld), su inmortalidad se desvanecerá.

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La paternidad, el matrimonio, la tentación, la transformación, algunos temas que Besson trabaja con digresión y calidad a los largo de los 115 minutos que dura “Tres días…”, y que con humor y guiños hacen mucho más dinámica esta sangrienta persecución, a pie y en automóviles, en un París lleno de lugares comunes (la noche, la torre Eiffel, las pequeñas calles), tantos como ya había desparramado en “Una Familia Peligrosa” pero con Italia como escenario.

También sobre el multiculturalismo se habla en esta cinta de acción, porque si vamos a hablar de ciudades, nada más multiétnico que el París actual, representado en aquella familia de origen senegalés que ocupa su departamento mientras el no está, y que terminan ablandando dura caparazón anti relaciones humanas de Ethan y estructuran en episodios la película.

Una cinta de género para disfrutar y estar atentos a los miles de guiños cinéfilos (adoración absoluta por esa “recreación” de la escena triunfal de “The Bodyguard”) y referencias a la cultura popular (el “I don’t care” de Icona Pop como ringtone quebrando la tención y marcando el punchline) que no hacen más que demostrar el buen momento del cine de acción y de Besson como tutor de productos, que en directores como McG y actores como Kevin Costner, elevan la apuesta bien alto. Vertiginosa

Anexo de Crítica por Rodrigo Chavero

Semana de Luc Besson como escritor y productor («Brick Mansions», remake de un film de su factoría y esta que nos convoca abren este jueves), mostrando que a veces, es preferible, detenerse un tiempo e intercambiar ideas con gente que realmente aporte nuevos aires a las clásicas temáticas del género acción (subcategoría: espías) y no seguir lineamientos de peligrosa imitación.

El hecho de que Liam Nesson, ya grande (galán maduro), esté conquistando al mundo como héroe de esta corriente («Taken», «Non-stop») no significa que pueda repetirse de igual manera con otro actor de su generación.

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Con el famoso francés y el americano McG a la cabeza de la realización, Kevin Costner (aquí será Ethan) se anima a un juego peligroso: hacer el proceso de transformación de un ex agente de la CIA, (killer hecho y derecho), frío, letal y parco, a un padre de familia responsable, capaz de manejar a una adolescente rebelde, Zooey (Hailee Steinfeld), sensible para reconquistar el amor de su mujer Christine (Connie Nielsen) y eficiente para continuar con la senda de crímenes en busca de un objetivo asignado. La agencia americana, busca a El Lobo (Richard Sammael) hace mucho tiempo.

Ethan estuvo cerca de él en un intento de captura y eso lo entiende bien Vivi (Amber Heard, quien sigue eligiendo cada vez papeles que desdibujan su talento), una hitmen (o hitwomen?) de alto vuelo.

El tema es que, a poco de ese evento, el veterano espía descubre que tiene una enfermedad incurable y su pronóstico le marca el fin en pocos meses. Vivi le ofrece un trato al hombre en retirada: trabajar para la CIA y ayudarla a terminar un riesgoso trabajo pendiente: acabar con el capo mafioso en cuestión, funcionando al estilo parapolicial (es decir, de la ley, ni hablar).

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A cambio, ofrece un tratamiento con una droga experimental que podría alargar su vida. Ethan duda, porque se encuentra en esos momentos en París, yendo a arreglar sus papeles (ve un escribano por su testamento y todo) y lo único que quiere es algo de paz para sus últimos días. Busca reencontrarse (y hacer reparar algo del dolor por haberlas dejado solas) con su ex mujer y su hija, a quienes hace mucho tiempo que no ve. Pero la oferta, es tentadora…

Ya se imaginan entonces el resultado, de a ratos, el espía acepta y juega a ser Papá Corazón y convencer a su familia que él puede hacer algo distinto, y en otros, sigue las directivas de su jefe y se ocupa de cargarse malos a granel, mientras trata de dar con el objetivo fijado al principio. Costner es un gran actor, y trata de aportar simpatía y prestancia para captar la atención de la audiencia.

Sin embargo, el problema principal de «3 days to kill» es la falta de equilibrio entre las «dos vidas» que intenta llevar adelante Ethan. Pasamos de la escena del padre bueno y querible a la del tipo que tortura siempre para conseguir información, casi sin escalas. Una disociación instrumental fantástica, que no funciona creíble (ni siquiera en clave de humor).

Además, el film se toma demasiado tiempo para fotografiar a la bella París (hay creo que 3 o 4 escenas con la torre Eiffel de fondo, ¿todos tienen que pasar cerca de ahí?) y mostrar los vistosos modelos de Peugeot (sponsor esta vez aquí), para cualquier traslado, ya sea persecusión o esparcimiento, perdiendo de vista que lo importante es evitar entorpecer el ritmo de la narración y no abusar de ciertos recursos, por interesantes que parezcan.

En el elenco, Heard y Nielsen lucen desdibujadas (a la primera el look de female fatale no le queda bien) y están un escalón debajo de Steinfeld, quien hace lo suyo de manera fresca (la hija teen está perfecta) y natural.

Sin embargo, como el film funciona en base a dos recorridos que sólo se cruzan al final (y de una manera demasiado azarosa diría), ese factor (los contrapuntos de la relación madre-hija) no logra compensar lo que se pierde a la hora de la acción. Sí, hay peleas, balas, persecusiones (elemento donde se luce el trabajo de McG) y el carisma sutil de Costner, quien parece disfrutar bastante su rol. «Tres días para matar» puede ofrecer algunos segmentos de acción que entretengan, pero a la luz de los recursos con los que contaba, debemos decir que está debajo de lo esperado. Otra vez será.

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