«Novias, madrinas, 15 años»: Del Once con amor

Me habían hablado muy bien de «Novias, madrinas, 15 años», principalmente por su gran desempeño en el BAFICI, donde cautivó a muchos durante la competencia nacional. El tema de este documental de los hermanos Levy es el devenir de la vida misma, dentro de un colorido grupo de vendedores (y su dueño), en una tradicional sedería ubicada en pleno Once, corazón del ramo.

Para que un registro de este tipo funcione con el público, los personajes que lo transitan deben ser queribles, intensos, con aristas… en cierta manera, poseedores de cierto carisma… De lo contrario, el film sólo termina siendo interesante para los que son de la actividad y poco más.

Debo confesar que vivo en Balvanera y se que la actividad comercial del barrio ofrece muchas anécdotas y buenas historias para la mirada curisosa. Cada negocio es un pequeño mundo y los Levy reflejan estupendamente el suyo (son familiares del propietario) y lo desarman para compartirlo con nosotros.

Un local a la calle, varios empleados que atienden el lugar hace años, toneladas de rollos de tela, vidrieras, mostradores, depósito… y gente. Personas que buscan telas para vestidos de fiesta y saben que Kreal (el nombre del negocio) tiene lo que ellos necesitan. Elías Levy (19 años en el rubro con este emprendimiento) es el dueño y nos deja conocer a su pequeño mundo. Ya desde el inicio percibimos que a la mayoría de ellos, le gusta lo que hacen y lo hacen con pasión.

Es cierto que poner el ojo sobre cualquier grupo humano que lleva cierto tiempo junto es un tema atractivo. Los contrapuntos pueden ser muy interesantes: lo vincular aflora y este caso no es la excepción. Como dice alguien en el relato, esta gente comparte 10 horas por día codo a codo y puede dar cuenta bastante bien de quienes los rodean. Hay respeto y algo de humor en cada caracterización de los compañeros, información necesaria para delinear el espíritu que los une.

Lo singular de esta «Novias, madrianas, 15 años», es que todos los empleados de Kreal se abren a contar su historia, relajados y con bastante franqueza. El entrecurzamiento de miradas sobre lo que cada uno hace y cómo lo hace, les anticipamos, da tela para cortar (ejem!).

La estructura del relato alterna cortas charlas con el personal, algunas tomas con el público que está en plena compra y mucho registro incidental sobre la energía que circula en el local. Desfilan las estrategias de venta, los perfiles de los clientes bajo la crítica mirada de algunos vendedores y el grado de realización personal que tienen con sus propias vidas.

Pareciera que el film no es nada especial pero… Lo es. Será quizás porque refleja un universo laboral rico y la relación entre un equipo que se conoce y sabe lo que hace. Tal vez sea el hecho de que esta pequeña pyme representa muchas que conocemos y esa identificación atrae. No lo sabemos con certeza, pero sí podemos dar cuenta que Diego y Pablo logran un buen retrato de este espacio, redondeando un promisorio debut.

 Merecen además, reconocimiento porque aprovecharon la cercanía familiar para potenciar el mensaje y evitaron los clichés de documentales de familia que acechan a los realizadores con poca experiencia. En lo personal, sólo reconozco que me costó la cámara fija para el registro de las entrevistas y que los fondos de telas para cada empleados no me parecieron buenas elecciones, pero va en gusto. Quizás ustedes ni perciban esto. Es una peli chiquita pero valiosa y eso no se le puede negar.

Nota extra: los directores están reuniendo fondos para lanzar el DVD de «Novias, madrinas, 15 años» y prometen regalos para quienes los acompañen en esa empresa, anoten esta dirección

http://www.indiegogo.com/brides

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