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«Mission: Impossible -Rogue Nation» (Misión imposible:Nación secreta): adrenalina recargada

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Para «tiempos desesperados, medidas desesperadas». Esa es la frase que Ethan Hawk pronuncia para meterse de lleno en la peligrosa misión que nos trae «Misión Imposible: Nación Fantasma». Si tienen la oportunidad de verla en pantalla gigante, no lo duden a la hora de sacar entradas ya que vale la pena el despliegue en las escenas de acción.

No se nota casi el uso de efectos cuando los actores ya no están en condiciones físicas de afrontar el papel de héroe sin doble de riesgo. Es más, Tom Cruise mismo filmó sin intervención de dobles casi todas esas impresionantes tomas como la que vemos en el avance en la que queda colgando de una puerta de un Airbus 400 y dicen que sufrió varias veces heridas aunque no de gravedad.

La edad le está sentando en la pantalla a Tomasito y en está última entrega de la marca «Misión Imposible», la número 5, se viene con todos los chiches y redondita en el balance entre argumento y ritmo que no da respiro.

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Parece mentira que casi pasaron 20 años de la primera misión de Ethan Hunt y en esta oportunidad tendrá que enfrentarse a un enemigo fantasma en los papeles, muy real en los hechos. Espionaje y recontraespionaje que hará que este protagonista y su equipo se encuentren fuera de la ley y con todos los misiles apuntando hacia ellos mientras el fósforo enciende la mecha que se va consumiendo para dar un espectáculo que conserva la esencia de la serie original.

Christopher McQuarrie se encarga de la dirección y es uno de los guionistas. Es la cuarta vez que trabaja con Tom Cruise («Al Filo del Mañana», «Jack Reacher» y «Operación Valkiria») y también conoce de acción y suspenso pues fue guionista de «El Turista» (Johnny Deep y Angelina Jolie) y «Los Sospechosos de Siempre», un clásico por el que ganó un Oscar de la Academia de Hollywood. Drew Pearce colaboró con la historia y luego de haber participado de la historia de Iron Man 3 se apresta a intervenir en la tercera peli de Sherlock Holmes y el proyecto, todavía sin título, que revivirá a los «Cazafantasmas».

Para mi gusto, es la más entretenida de todas con una mujer fuerte a la que habrá que seguirle el rastro para saber de qué lado está. Ella es Rebecca Ferguson como Ilsa Faust, una dama sueca que mejor que se porten bien ya que es experta en peleas con todo tipo de armas y a puño limpio. Será el imán para que el personaje de Cruise cumpla con esta misión que tiene mucho de imposible.

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Para llegar a buen puerto, se necesita a los más fieles compañeros, entre ellos: Benji (Simon Pegg), -el genio en computadoras que esta vez tendrá más trabajo de campo y riesgo-, William Brandt (Jeremy Rennner), -el jefe de Hunt que tendrá que dar explicaciones y planear muy bien sus jugadas para no dejar a su agente más valioso a merced del enemigo-, y Luther Stickell (Ving Rhames), -que acompaña la serie desde la primera película-.

Alec Baldwin aportará su cuota de histrionismo como jefe de la CIA que desconfía de este grupo de espías que tiene permiso para todo y que muchas veces no les deja «meter cuchara» y los deja mal parados. Y finalmente un villano frío y calculador que pone al límite a Hunt, él es Lane (Sean Harris), al frente de la «nación fantasma» del título, el Sindicato que amenaza, no sólo al IMF sino a todo el mundo.

Impresionantes escenarios, toques de humor para ser acompañados por un buen balde de pochoclo. La recomiendo sin dudar otro tanque que no decepciona.

Anexo de Crítica por Rolando Gallego

Volvió Ethan Hunt (Tom Cruise) y de la mejor manera, porque más allá de que la saga avanzaba, en las últimas entregas no encontraba el tono justo con el cual sorprender al espectador. Igualmente «Misión Imposible: Nación Secreta» (USA, 2015) de Christopher McQuarrie, mantiene en vilo al espectador a fuerza de la nostalgia de las primeras entregas y de la serie que fue furor allá en el siglo pasado.

Hoy en día sería increíble pensar que algo fuese imposible, si hasta una ONG ambientalista fue capaz de colar en la cumbre de los presidentes a una bailarina de comparsa para manifestarse, ¿qué sería imposible de hacer en la actualidad?

Sobre esa pregunta trabaja «Misión Imposible: Nación Secreta» y decide armar un contexto mundial en el que la FMI, a la que pertenece Ethan, es puesta en duda por la CIA al no lograr conseguir pruebas de un Sindicato oculto de ex agentes y que intentará comenzar con una serie de atentados que pongan en vilo la seguridad universal.

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Ethan sabe que el Sindicato existe y decidirá junto a sus compañeros (Simon Pegg, Jeremy Renner y Ving Rhames) avanzar en el descubrimiento de la red de maleantes que bajo la dirección del misterioso Lean (Simon Harris) mantiene a una miembro de su grupo a la expectativa de todos (Rebecca Ferguson).

Las idas y venidas, la visita a ciudades cosmopolitas y exóticas, las armas sofisticadas y la tecnología puesta a la hora del día para, de alguna manera, enmarcar a Ethan dentro de un contexto de espionaje internacional, necesario para avanzar la narración.

Pero McQuarrie y el guión de Drew Pearce y Will Staples caprichosamente, y al igual que sucedía en la segunda entrega con Tandie Newton, Ethan está bajo el «hechizo» de la misteriosa agente Ilsen, a quien aún no puede lograr determinar ubicarla en alguno de los bandos, por lo que todo lo que puede hacer es únicamente brindarse a ella para desbaratar los planes de Lean.

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Para darle un poco más de verosímil, mientras Ethan salta de país en país para encontrar a Lean y su sindicato, en tierra, y más precisamente en Estados Unidos, el debate sobre la continuidad o no del FMI entre el congreso, el jefe de la CIA (Alec Baldwin) y el del FMI (Renner), no hacen otra cosa que ofrecer la dosis de dramatismo necesaria para que los intentos por desbaratar la nación secreta lleguen a buen destino.

McQuarrie bucea en los orígenes de la saga, y apoyándose en Cruise, como protagonista excluyente, logra una combinación exacta entre suspenso/acción/espionaje y hasta humor que elevan la propuesta.

Con una narración clásica, pocos efectos especiales (se agradece) que brindan más realismo a la acción (a pesar que Ethan salte de un avión con cientos de ojivas de armas nucleares, o que se mantenga intacto ante el despegue del aeroplano agarrado sólo de sus manos, etc.) y la clara intención de recuperar el cine de espionaje como la base de un entretenimiento sólido «Misión Imposible: Nación Secreta», llega para recuperar una saga que venía en clara decadencia.

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