«Al fin del mundo»: la vida en el sur, no es un carnaval

Luego de su paso por los festivales de Toulouse, Málaga y BAFICI (en la sección Panorama), tiene estreno comercial en el Gaumont, el documental de Franca González, «Al fin del mundo». Llega conjuntamente a la misma sala con otro trabajo de la cineasta del año anterior, «Totem».

«Al fin del mundo» es un registro sobre la vida en Tolhuin, un remoto y helado pueblo en Tierra del Fuego. Quienes habitan esa localidad, en su mayoría, no han nacido allí y deben acostumbrarse a la dura vida de un invierno perpetuo y viento con ráfagas de 120 kim por hora… Realmente áspera y sacrificada.

González abre su film acercando su cámara a las diarias acciones que hacen los locales para adaptarse y sobrevivir en ese lugar, hervir hielo para conseguir agua, ponerle cadenas a las ruedas de los vehículos… No hay intención de la directora de dialogar, sino de observar y tomar imágenes de ese movimiento en algunos pobladores que representan a muchos en Tolhium.

Y en ese concierto blanco donde la coreografía reinante son los cuerpos abrigados y la nieve incesante, alguien tiene una idea temeraria: pensar en un carnaval en pleno invierno. Como muchos de los habitantes no soportan las condiciones de vida, se van pasado el año y esa es la conducta que se plantea combatir. Como llevarla a cabo, (al menos en teoría) es también motivo de análisis.

Hay en la cinta, algunas escenas en las cuales el espectador se quedará con preguntas, para las cuales no habrá respuesta certera, sino conjeturas. Gonzalez se aferra al naturalismo puro y permanece estoica frente al frío y la complejidad de las condiciones del registro, dejando en claro que su lente está para magnificar un escenario de increíble belleza pero donde vivir, es tarea titánica.

Y este versus, juega un rol de equilibrio increíble en la realización.

No hay mucho más por decir, sólo que si aman el sur, este film los atravesará y dejará con muchas inquietudes a flor de piel. Esa lejana Tierra del Fuego encierra una y mil historias semejantes y es bueno poder acceder a ellas, desde la citadina y confortable Buenos Aires.

About The Author

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *