
«Biónica»: Desafiar los límites

El debut de Sebastián Perillo como director fue con un policial, Amateur, al que le siguió una película donde incorporaba elementos fantásticos, La noche de los monstruos, y ahora para su tercer largometraje se aboca a la ciencia ficción. Género poco explorado en nuestro país, desde el vamos resulta una propuesta ambiciosa y audaz.
Escrita por el director junto a Gabriel Medina y Javier Rao, Biónica nos presenta un mundo cercano en el que el hombre siempre está un paso más cerca de jugar a ser Dios. Con pocos personajes y por lo tanto un elenco reducido (de hecho está inspirada en una obra teatral de William Prociuk), la historia está situada en su totalidad dentro de una fría clínica donde un reconocido médico continúa sus investigaciones y experimentos junto a dos asistentes, uno de ellos su hija. Este reducido grupo, interpretado por Fabián Arenillas, Luciana Grasso y Santiago Pedrero, ha logrado grandes avances y un reconocimiento mundial.
Emma es una joven cuadripléjica que acepta ponerse en sus manos para un experimento novedoso que le promete recuperar y hasta mejorar su movilidad y habilidades físicas. Se nota que se trata de una persona con un pasar económico notable y por lo tanto se lo puede permitir. Pero el proceso es polémico: requiere que una parte de ella fallezca. Cuerpo y cabeza son separados para trabajar en ellos en conjunto con el agregado de una inteligencia artificial.
Encerrados en ese complejo, los personajes se irán enfrentando a lo desconocido incluso de ellos mismos. Lo psicológico cumple un papel fundamental en la historia y se suma un componente erótico que presenta diferentes aristas. La cuestión principal es: ¿cuánto queda de la Emma original?

Si bien se plantean varias cuestiones a lo largo del relato, están desarrolladas con diferentes profundidades, quedando algunas un poco en el aire. El film intenta abarcar muchos temas complejos, sobre la religión, la muerte, la ciencia, la inteligencia artificial, la manipulación, el deseo, el abuso, el cuerpo y la mente.
El centro es el personaje de Emma, quien a lo largo de toda la primera parte es prácticamente una cabeza (destacable la interpretación de la actriz Julia Martínez Rubio), pero la pregunta de cuánto queda de ella en vida pierde fuerza al tener en cuenta que en realidad no llegamos a conocerla antes, no sabemos cómo era.
Desde lo técnico la película se ve siempre muy prolija y el arte ayuda a introducirnos en este ambiente de ciencia ficción cercana. Con odas directa a Frankenstein, también es imposible no pensar en una más reciente, Ex Machina, a la cual se le termina pareciendo bastante en el juego de la manipulación y el crecimiento de la inteligencia artificial, pero hay que tener en cuenta que Biónica nos llega en un momento menos sutil de la historia con respecto a ésta, donde gente interactúa a diario con chatpgt por ejemplo.
Intrigante y con un buen trabajo de sus actores, la película abre preguntas y no entrega muchas respuestas, quizás porque abarca un universo que se sigue escribiendo, que siempre estamos tratando de comprender.