«Club Zero»: el juego del «hambre»

Jessica Hausner es una directora de cine y guionista austríaca que ha venido mostrando interesantes ideas a la largo de su carrera. Ha sido nominada en Cannes (también en Stiges), en varias oportunidades y su estilo se basa por explorar espacios minimalistas y abordar con cierta frialdad, cuestiones como la manipulación, las emociones contenidas y la presión social de este tiempo.

En esta ocasión nos llega «Club cero», que es, a mi gusto, uno de sus mejores trabajos. Primero, porque la figura central (pero no excluyente) del relato, es la consagrada (¿se acuerdan de «Alice in wonderland» -2010-? ) Mía Wasikowska, un ícono del cine europeo de estos últimos años. Después, porque el tema que presenta la cinta, es de gran actualidad. Hausner es una comprometida cineasta y «Club cero» es un trabajo instala la acción en una escuela de elite. Clase alta, aspiraciones importantes, conducta snob. Allí, ella presentará una trama perturbadora y reflexiva sobre la alimentación, la imagen corporal y la manipulación psicológica.

La película presenta una líder educativa, (la señorita Señorita Novak, aka Wasikowska), una profesora nueva en la institución cuya habilidad más destacada es ofrecer una mirada sostenida en torno a lo que ella denomina, «alimentación consciente», o algo parecido. Si bien al principio uno cree que ella es una profesora más, lo cierto es que su presencia, ideas y acciones, despiertan una fascinación ciertamente retorcida entre algunos estudiantes.

La obsesión por el peso y esa sensación de sentirse «livanos», moldean un concepto de raza, «distinta», que genera cambios no sólo en los y las estudiantes, sino también en sus familias y colegas. El ayuno radical como medio para liberarse de las cadenas del consumismo y la superficialidad, es el mensaje que impacta en la vida de esos alumnos. Novak encierra varios secretos, es cierto, pero la complejidad de lo que se cuenta es tan fuerte, llega por momentos a no importar demasiado. Afecta, como espectador, que le pasa a los chicos y chicas que la siguen. Que la escuchan y que la valoran. Aterra esa sensación.

«Club Cero» expone de manera elegante y fría, la facilidad con la que los adolescentes pueden ser manipulados por figuras de autoridad que se presentan como modelos a seguir. En cierta manera hace recordar, lejanamente, a «Die Welle» (¿se acuerdan?)… La Señorita Novak explota las inseguridades de los estudiantes, su deseo de pertenencia y su obsesión por la imagen corporal para crear un culto a su alrededor. La complicidad del director del establecimiento hiela la sangre y cada detalle, contribuye a generar una atmósfera de tensión extrema, donde aflora la vulnerabilidad de los sujetos para manejar sus ansiedades y miedos. Las notas sobre la mirada de los padres, también son escalofriantes. 

Considero que Hausner logra momentos destacados en esta cinta. Promueve debates, grafica conductas, advierte sobre métodos y cómplices. Alerta. Creo que ese es su mejor activo. «Club cero» es una película necesaria para los y las adolescentes. Pero mucho más, para sus padres y educadores. Nos lleva a un nivel de reflexión incómodo pero necesario, acerca de los mensajes del mundo adulto en el encuadre educativo y su llegada a las mentes de alumnos y alumnas insertos en un mundo difícil y cruel.

De lo más interesante que podrá verse esta semana en los estrenos de la cartelera porteña. Muy buena película.

 

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